Ángel Romero y Bruno Pittón anotaron para el Cuervo. Ezequiel Bonifacio descontó para el Tatengue que terminó con dos jugadores menos tras las expulsiones de Damián Martínez y Jonathan Bottinelli.

El inicio de Unión en el partido fue tan malo que en apenas tres minutos Ángel Romero había puesto, de cabeza, a San Lorenzo por encima en el marcador. El delantero paraguayo cabeceó sin marca, de manera cómoda, para darle el triunfo parcial al Cuervo que hundía al Tatengue en este magro presente que atraviesa.

Más tarde, para cumplir con una de las máximas del fútbol, Bruno Pittón estiró la ventaja para el local cuando definió desde dentro del área, tras un centro que recibió desde el sector derecho. Unión caía como en un tobogán.

Para colmo, las pocas veces que los de Leonardo Madelón pudieron acercarse al arco de Nicolás Navarro, se chocaron con un arquero inspirado, igual al que enfrentaron hace un torneo en el “15 de Abril” en el cual fue el jugador del partido.

Antes del final del primer tiempo y para marcar que Unión sentía el golpe de tener que remontar la diferencia, Ezequiel Bonifacio pudo vencer a Navarro para descontar y recortar los dos goles de ventaja. De todas formas, las ausencias se hacen notar y el Tatengue es un equipo al que le faltan variantes.

Segundo tiempo:

En el complemento, con la presión de tener revertir el gol de diferencia, se vio a un Unión más adelantado en el campo y con otra intensidad. De manera decidida y obligados a tener que levantarse de este mal momento, el equipo de Madelón arriesgó más.

Pero las urgencias nunca son buenas. Apurados por ir en busca del empate, San Lorenzo supo juntar sus líneas, jugar con la ventaja, y cortar los circuitos de juego de un Tatengue que chocaba una y otra vez con la defensa del Ciclón.

Los segundos 45 minutos no registraron acciones de riesgo como en la primera parte. En cambio, sí guardó más problemas para Unión. Damián Martínez y Jonathan Bottinelli se fueron expulsados y dejaron al equipo con nueve jugadores. De esta forma, el marcador ya era casi inmutable.

El Tatengue sigue cayendo como en un tobogán. El equipo de Leonardo Madelón parece haber perdido la esencia que lo llevó a ser uno de los equipos que más se respetaban en la Superliga. A eso también hay que sumar el bajón físico que se nota dentro del campo y en la cantidad de lesionados que viene teniendo el plantel en las últimas semanas. La buena noticia para el entrenador es que se viene el parate por la fecha FIFA, una semana más de trabajo para recuperar jugadores y pulir asperezas.

Fuente: Aire de Santa Fe