Siete personas fueron identificadas por formar parte de una banda que se dedicaba a cometer robos en varias localidades de Santa Fe. De estas siete personas, dos hombres de nacionalidad chilena están prófugos, y uno se encuentra con medidas alternativas a la prisión preventiva. Los otros cuatro están detenidos a la espera del juicio. Lo llamativo es que, quien transita la causa en libertad, es el organizador de la banda: un ingeniero químico, Germán Bustos, quien aportaba sus conocimientos para lograr vulnerar las medidas de seguridad de los blancos delictivos. Esto fue precisado por las fiscales Gabriela Arri y Lucila Nuzzo en las varias audiencias que ya se desarrollaron en el marco de la investigación.

A Bustos se le otorgó la libertad bajo una fianza millonaria, y tiempo después las fiscales solicitaron revisar las alternativas ya que habían obtenido evidencia sobre el rol que desempeñaba el ingeniero en la banda. En esa audiencia, el imputado pidió declarar, y en medio de una crisis de nervios dijo que había sido amenazado por el jefe, Damián Barrionuevo, a través de su pareja, Verónica María José Duarte. El juez García Troiano se apiadó de Bustos y mantuvo las medidas alternativas. Un día antes de esa audiencia, la Fiscalía había vinculado formalmente a la banda a dos mujeres, Duarte y su prima Micaela Ramírez, y las dos quedaron en prisión preventiva. Casi un mes después, Duarte pidió declarar, y dio su versión de los hechos en una audiencia desarrollada ante la jueza Sandra Valenti. Enojada con la situación, la mujer negó haber amenazado al ingeniero Bustos y sostuvo que era él quien, asociado con Barrionuevo, organizaba los robos.

Duarte también intentó despegarse de los robos que cometía la banda, y alegó que se encontraba realizando salidas transitorias de la cárcel, por lo que no quería perder ese beneficio: “yo no tengo nada que ver con esto”. Sin embargo, la mujer reconoció su vínculo con Barrionuevo, las comunicaciones con Bustos, y cómo iba a buscar dinero cada vez que se lo demandaban. Además, confirmó que los dos chilenos estuvieron alojados en la casa de Barrionuevo. Por último, en relación al botín del robo en las dos casas en el country Altos de la Ribera, Duarte precisó que estaba guardado en una mochila oculta en la fábrica de Bustos, un inmueble en Pedro Zenteno al 3100 que lejos de fabricar algún producto, era base de las operaciones de la banda. En esa mochila también había armas de fuego y oro, pero que cuando la fue a buscar ya no estaba: “o la tiene Bustos, o se la llevaron los chilenos”, manifestó. Esta declaración de Duarte se suma a lo manifestado por el coimputado Jorge Contreras, un hombre oriundo de Rosario al que se le endilgó el rol de chofer, y quien, en audiencia imputativa declaró y confirmó la hipótesis de la Fiscalía sobre el modus operandi de la banda comandada por Barrionuevo y Bustos.

La causa

La Fiscalía sostiene que la banda perpetró dos robos en el country Altos de la Ribera, durante el fin de semana largo de carnaval: uno fue cometido entre el 12 y el 15 de febrero de 2021, en horas de la noche, y fue perpetrado por Ezequiel Barcena, Barrionuevo, el chileno Mirko Fuentes Olave y otra persona más de sexo masculino aún no identificado. Los hombres ingresaron al Country escalando por el lateral norte, sabiendo de que no había cámaras de seguridad ni funcionaban los sensores de movimiento. Una vez en el interior del barrio, ingresaron violentando el alambrado del lote a una vivienda, escalando por el balcón más de 4 metros de altura hacia la planta alta; luego forzaron una puerta ventana, y se llevaron una caja fuerte que contenía en su interior un arma de fuego calibre 9mm y dos cajas de cartuchos 9mm, 50 mil dólares, 100 mil pesos, y varias joyas de oro; documentación personal y elementos de tecnología.

El otro robo fue perpetrado entre el 10 y el 12 de febrero, en horas de la noche, también por Barcena, Barrionuevo, Fuentes Olave y un tal Mario: ingresaron al country escalando por el mismo lateral e ingresaron a la vivienda sita en el lote nro. 46 escalando 2,5 metros, tras colocar un pallet contra la pared e ingresando por el balcón hacia la planta alta. Allí forzaron una ventana, ingresaron al inmueble y se llevaron 500 mil pesos. Además, en el marco de la investigación se pudo detectar también que la banda planeaba asaltar una financiera ubicada en calle Tucumán, en pleno microcentro santafesino, para lo cual los integrantes de la organización habían realizado una serie de trabajos de inteligencia para vulnerar sus medidas de seguridad y así alzarse de un caudaloso botín.

La existencia del plan delictivo fue advertida por Nuzzo y Arri tras cotejar un video incorporado inicialmente a la causa. Es que, en un principio, los investigadores pensaron que ese registro había sido grabado por uno de los miembros de la banda para mostrar a dónde iban a guardar parte del botín robado en el barrio privado de Santo Tomé. Sin embargo, con el correr de los meses, esa hipótesis tuvo un giro, ya que tras analizar una serie de escuchas al teléfono que utilizó Damián Barrionuevo, los pesquisas establecieron que el video era parte de la trama de inteligencia que había desplegado la organización meses atrás. El registro fílmico en cuestión, captó el momento en que un hombre manipuló una caja de seguridad dentro de la bóveda de la entidad y luego la colocó en una estantería de metal y cerró con llave. Justamente, esa caja de seguridad, la N°75, fue la que los investigadores de la Agencia de Investigación Criminal inspeccionaron el 8 de marzo pasado tras ejecutar cuatro allanamientos en Santa Fe capital para esclarecer el atraco a las dos casas del barrio privado de Santo Tomé.

Las fiscales indicaron además que la banda tenía previsto irrumpir en el local desde una cochera de autos lindera. Las fiscales creen que la banda actual tenía ideado entrar a la financiera del microcentro por los techos tras emplear elementos de corte. Tal hipótesis surge porque algunos miembros de la banda, quedaron ligados a una causa que se tramita en Rosario y en donde se investiga el robo a una joyería a la cual accedieron por los techos.

Fuente: Aire de Santa Fe