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San Agustín

Cena para recaudar fondos pro-obras de la Iglesia

Cena para recaudar fondos pro-obras de la Iglesia

El próximo 27 de octubre la comunidad de San Agustín organizará una cena-show a beneficio del edificio de la Iglesia.  En este sentido, desde el “Consejo Económico” informan que se encuentran abocados en la realización de una campaña para lograr una Contribución Pro-Pintado del Nártex e Interior del Templo de San Agustín. La cita del encuentro es en el salón de la Sociedad Italiana, el menú chorizo, cerdo a la mostaza, asado criollo, ensalada tricolor, postre helado, con trasnoche con salamines y torta alemana. Además adelantan que el show estará a cargo del grupo “Nueva era”. Quienes desean colaborar con el citado beneficio pueden adquirir la tarjeta llamando al (0342) 4907138; 4907015, móvil: (0342) 155468435 y 155250958, en Santo Tomé de 8 a 18 horas 4742013. Precios de tarjetas: Mayor $ 380; Menor $ 150; Infantil $ 80.

Un poco de historia

La colonia de San Agustín fue fundada en 1870 por el Gobernador de la Provincia de Santa Fe, Mariano Cabal, con una población de “dueños naturales de la tierra” e inmigrantes italianos, criollos que llevaban 300 (c.) años poblando las cercanías a la ciudad de Santa Fe y un grupo de inmigrantes italianos, en principio. Una década después, fueron sumándose más italianos, los franceses, alemanes, españoles y afro descendientes. La principal fuente de economía era la producción agrícola – ganadera, lo que permitía originariamente una vasta cantidad de habitantes en la zona rural. Predominaba la religión católica; en los primeros tiempos recibieron atención espiritual de parte de los párrocos de San Carlos Centro, según  consta en los Libros Parroquiales de esa vecina localidad. Con ellos compartían: metas a lograr, procedencia europea, parentescos y el idioma italiano que facilitaba las relaciones interpersonales.

 

La convivencia en el nuevo territorio

Los recién llegados trajeron consigo una idiosincrasia europeizante que confrontaba con la vida de los nativos,  tanto si fueran indios o gauchos. Cuando los trataban con respeto, los llamaban “merican” (por decirles americanos).En tanto ellos, los aborígenes “montarces”, dejaron de transitar su terruño con libertad. Se resguardaron en un poblado de chozas en la zona sud – oeste del distrito, en la cañada de Periotti, entre montes y el arroyo, en un sector que no era apto para el cultivo. Allí encontraban protección pero los alimentos eran escasos. Esta situación redujo su territorio y los llevó a aprovisionarse en las chacras de los inmigrantes. Esta triste realidad debe ser tenida en cuenta para comprender gran cantidad  de hechos de la acción depredadora que efectuaron en distintas poblaciones. Las cuales les costaron cruentas persecuciones y pérdidas de vidas, en los enfrentamientos con la Comandancia Militar de San Jerónimo del Sauce. En este lugar, la población masculina compuesta por adultos y jóvenes eran enviados a guerrear, razón por la cual estaba habitada por mujeres y niños en su mayoría, comandados por una “cacica” llamada Doña Eloísa.( Tradición Oral)

Los gauchos corrieron mejor suerte, puesto que los fueron “reclutando” para cumplimentar tareas rurales donde ellos eran “baqueanos” desempeñándose como: troperos, domadores de potros, ladrilleros, para conducir carruajes, en yerras, carneadas, cosechas y ocupados como mano de obra para los menesteres propios de la colonización. Las mujeres en tanto se desempeñaban en tareas domésticas. Con el correr del tiempo se fueron formando familias entre criollos y europeos o sus descendientes.

Cabe destacar que este  humilde  Centro de Evangelización, hoy Capilla de San Agustín cobijó desde aquel tiempo a: argentinos, extranjeros, militares y particulares; en sus libros se anotaron bautismos, confirmaciones, casamientos y defunciones, sin diferenciar grupos  étnicos.

 

Primitiva Capilla

La Primitiva Capilla fue muy rudimentaria, se terminó de construir el 14-08-1874 en el predio que hoy ocupa el patio parroquial, precisamente en la esquina Sarmiento y Gral. San Martín. Estaba orientada de norte a sur y medía 6 metros de ancho por 10 metros de largo. Las paredes eran de ladrillos asentados en barro y su techo era de paja. Su primer sacerdote a cargo fue Rosalbo Scafarelli que a la vez se desempeñó como maestro de enseñanza elemental. (Entrevista del Pbro. René Dutruel a los antiguos pobladores Miguel Maurino 1871-1963 y Cándido Guglielmone 1882-1979).

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