Las horas pasan y la angustia crece. El paradero de Roberto Daniel Parente (67) sigue siendo un misterio. Su último rastro se perdió la tarde del último viernes cuando salió de su domicilio en Pedro Zenteno al 2100 de barrio Candioti, para realizar supuestamente una caminata. Si bien este tipo de salidas eran habituales en el nombrado, nunca se prolongaban por demasiado tiempo. Es por eso que esa misma noche cuando no se produjo su regreso, sus familiares no dudaron en dar el aviso a la policía.

A partir de entonces se inició un operativo de búsqueda que, con el correr de los días, fue ganando en intensidad. En este sentido fue vital el papel de muchos vecinos del barrio que aportaron las imágenes de sus cámaras de seguridad y permitieron reconstruir parte del trayecto. Y en las últimas horas llegaron a oídos de los investigadores algunas versiones (hasta el momento no se pudo determinar si fueron verdaderas o falsas) que dieron cuenta del paso del hombre en cercanías del Puente Colgante.

Ante ello se ordenaron una serie de rastrillajes por agua, los que durante la jornada del martes se realizaron a la altura de Alto Verde y que prosiguieron la presente jornada en jurisdicción de Sauce Viejo.  De estas labores tomaron parte agentes de la Prefectura Naval Argentina, junto a personal de la AIC, de la Guardia Rural “Los Pumas” y buzos tácticos de la Unidad Regional I.

Salió a caminar

“La teoría que nosotros tenemos es que salió a caminar. El día anterior, es decir la tarde del jueves, el había hecho una caminata hasta el ex Canal 13 y regresó. Por eso el viernes cuando advertimos que no llegaba nos pareció raro y de inmediato hicimos la denuncia”, narró Paula, hija del desaparecido, en diálogo con El Litoral. “No sabemos si se descompensó o se perdió. Si bien mi padre estaba tomando una medicación psiquiátrica, la misma era muy leve. Nos comunicamos con el médico que lo atiende y nos dijo que de ningún modo esa pastilla podía provocar algo semejante”, agregó.

En otra parte la hija narró describió que sus padres llevaban una vida tranquila y apacible. “Hacen vida de abuelos jubilados. Dentro del contexto de pandemia y sus restricciones, como podían buscaban a sus nietos. O iban un ratito hasta la costanera”. Por último detalló que “nunca pasó que mi padre se haya ausentado durante mucho tiempo. Es por eso que todo esto no toma de sorpresa y estamos desconcertados”, culminó.

Fuente: El Litoral