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Guillermo Celis: “En la final de la Sudamericana se pudo hacer más”

Guillermo Celis: “En la final de la Sudamericana se pudo hacer más”

Se sacó el “cassete” Guillermo Celis, justo en el día de su cumpleaños número 27 y mientras transita por los últimos tiempos de su recuperación, luego de la rotura de ligamentos cruzados sufrida ante Lanús, en setiembre del año pasado. El colombiano, que había llegado procedente del Vittoria Guimaraes pero cuyo pase pertenece al Benfica, dejaba una buena impresión cuando le tocaba jugar, aunque nunca tuvo la continuidad suficiente, algo de lo que se queja. Pero Celis fue más allá, planteó una postura crítica en líneas generales de lo que ha visto en este año y medio en Santa Fe. Sus declaraciones (formuladas en La Primera de radio Sol 91.5), se asemejan, en parte, a aquél diagnóstico que en su momento hizo su compatriota Francisco Maturana, cuando en apenas seis meses brindó una radiografía que quedó firmemente reflejada a través del tiempo y de la que todavía se habla, cuando se refirió a la falta del sentido de pertenencia que notó en el poco tiempo que le tocó dirigir a Colón.

—¿Cómo llevás la cuarentena?

—Bien, trabajando en la recuperación, porque perdí masa muscular, con el apoyo de profesionales de acá y de Colombia.

—¿Qué sabés de lo que se vive en Colombia?

—En mi país no están las ayudas y subsidios que se brindan acá en la Argentina. El que vive el día a día, en Colombia, tiene que salir a la calle porque si no lo hace, no come. Hay más contagios por esa razón. Tengo a mis padres allí, salen los días que pueden salir, a comprar cosas, y yo los ayudo desde acá.

—¿Los mantenés vos a tus padres?

—Cuando yo empecé a jugar al fútbol en forma profesional le pedí a mi padre que no trabaje. El me mantuvo tanto tiempo que consideré que había llegado el momento de que yo los ayude a ellos.

—¿Hasta cuándo es tu vínculo con Colón?

—Hasta el 30 de junio. No he hablado absolutamente con nadie de los dirigentes. Estaré hasta ese momento y listo. Por el momento, nadie me llamó.

—Vos decís que te quedás hasta el 30 de junio y listo. ¿No te gustaría quedarte en Colón?

—¡Sí!… Me gustaría quedarme, la hinchada me ha tratado muy bien, el ambiente que se vive en el estadio es muy bonito. Argentina es un país único en ese aspecto. El fútbol es competitivo en este país… Si se presenta la oportunidad de quedarme, lo haría con gusto, pero no me habló nadie hasta el momento. El nuevo técnico no me ha conocido, no me vio ni siquiera entrenar.

—Te tocó vivir un tiempo de muchos cambios en Colón: Comesaña, Lavallén, Osella, Domínguez… Cuatro técnicos en menos de un año y medio…

—Nunca se logró estabilidad y por eso peleamos el descenso. Gracias a Dios se suspendió el torneo y el club se puede mantener en Primera porque no es posible que un club, con esta hinchada, se tenga que ir a la B. Este club tiene hinchada e infraestructura para ser un equipo grande… Yo sé que de estos temas no nos compete hablar a los futbolistas, pero Colón es un club bonito para pensar en otras cosas y no en el descenso.

—Vos decís que no les compete a los futbolistas, pero ustedes son los que juegan, los que entran a la cancha. ¿Qué ves que falta?

—Organización, manejo, ganas de trabajar, de ir para adelante… Acá se han acostumbrado a hacer lo mismo siempre. Acá todo el mundo es hincha de Colón y todos me dicen que ha sido siempre igual. Pasan técnicos y jugadores muy buenos, pero la realidad es que no se ha ganado nunca nada. Falta el sentido de pertenencia, de alguien que venga y que te diga: “Hermanito, esto es Colón, hay que hacer esto y no hay que hacer esto otro”, ¿entendés?… Acá llegás y nadie te dice nada, hay mucha distracción y esas son cosas que no llevan a nada.

—¿Se armó un buen plantel, había calidad para buscar un título?

—Después de los equipos grandes de Buenos Aires, las contrataciones que se hacen acá son muy buenas… Pero fallan en muchas cosas.

—Fijáte que Estudiantes tiene algo de eso que vos decís: te tiran la historia, la pertenencia, la identidad de juego por la cabeza cuando llegás al club…

—Conocimos ese predio cuando concentramos para el partido con Tigre, el año pasado… Ahí te das cuenta de lo que es ese club… Coincido con esta comparación.

—¿Tu contrato es en dólares?

—Por lo que sé, ninguno cobra en moneda extranjera, cobramos todos en pesos. El arreglo se hizo en dólares pero no cobramos dólar billete. Nosotros tenemos que comprar los dólares adónde nos vendan, porque en nuestro país, en Colombia, el peso argentino no nos sirve. Yo estoy cobrando la mitad de mi salario por la devaluación. Podría haberme ido, rompiendo el contrato y volviendo a Europa. Pero no lo hice. Cuando llegué, el dólar estaba en 38 pesos y hoy está a más de 120. He perdido mucho dinero… Pero yo no puedo irme porque es algo que se le fue de las manos a todo el mundo.

—¿Te hubiese gustado jugar más?

—¡Claro!… Siento que tengo capacidad para jugar en la Argentina y no para ver los partidos desde afuera, como me ha tocado. Pero las decisiones las toman otros. En los entrenamientos hacía las cosas bien, mis compañeros me decían que tenía que jugar… ¡Pero no me ponían!

—¿Qué viste en la final en Paraguay con Independiente del Valle?

—¿Qué ví…? Que se pudo hacer mucho más, que se debió competir mejor en ese partido… A veces las finales no se juegan, se ganan… Es cierto que fue un día muy raro, la gente llegó al estadio con sol y calor y después se vino esa tormenta increíble que desnaturalizó todo. Pero eso fue para los dos equipos.

—Cuando decís que “se pudo hacer mucho más”. ¿Te referís a adentro o afuera de la cancha?

—En todo sentido… Era una final… Un club que nunca ha ganado nada… Ustedes me entenderán perfectamente de qué les hablo… Hablo desde los dirigentes, mis compañeros… A todos nos faltó algo… Insisto, era una final… ¡Hay tantas cosas que se pueden hacer y no se hicieron!.. El fútbol no es solo adentro de la cancha. Hay más cosas por detrás que lo que se juega en un terreno de juego.

—Sos muy crítico con tus compañeros también…

—A ver… No quiero decir que mis compañeros no dejaron todo, no quiero tampoco que ellos me malinterpreten… Yo sé como nadie que ellos querían ganar ese partido… Fue un día muy raro, nadie lo esperaba. Ellos, los de Independiente, ganaron bien, jugaron mejor. Pero queda ese interrogante por haber dejado escapar una oportunidad que no tienes todos los días… Es una oportunidad que no se debió dejar escapar… Voy a eso, a que era algo único.

—Ustedes, los jugadores, pasaron de estar a un paso de la gloria a sufrir mucho luego de ese partido. Sin ir más lejos, fijáte lo que fue el partido con Aldosivi y el reclamo hacia alguien que se estaba haciendo querer como el Pulga Rodríguez…

—Cuando las cosas están bien, todo el mundo te ama… Pero bueno, hay que acostumbrarse a eso, pero te digo que el grupo quedó muy golpeado después de la final… Era algo único, íbamos a quedar en la historia de este club y no encontraba la manera de levantarse. Después, vino el cambio de técnico y tampoco sirvió. Con Osella, veía que en la pretemporada los muchachos se mataban corriendo, pero en la cancha era muy feo, no había idea de juego, no había identidad. En los partidos no salían las cosas.

—¿Tenés la esperanza de jugar con Domínguez si te quedás?

—Con el único que hablé fue con el preparador físico… En cuatro días, el nuevo cuerpo técnico renovó las ganas y esperanzas para todos, incluso para los que no jugaban. Hizo que cambiara un poquito el chip, se ganó un partido increíble en Rosario. Nos vino bien esto porque se pudo descansar del tema del descenso.

—¿Y ahora?

—Y ahora hay tiempo para replantear todo y armar un proyecto ganador.

Fuente: El Litoral

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