Los automovilistas que se trasladan desde nuestra ciudad y hasta la capital de la provincia en forma cotidiana saben que no solo tienen que ir esquivando las roturas en el pavimento que hay entre el Puente Carretero y el rulo de Cilsa en la avenida Yrigoyen; antes de llegar a la rotonda del Club Colón hay que sortear dos importantes baches que se formaron entre las juntas. Uno está debajo del cartel que marca la salida de la ruta 11 hacia Rosario, a unos 60 metros de la rotonda de Juan José Paso. Los que lo padecen son los vehículos que van desde Santo Tomé hacia Santa Fe y para los ciclistas es una trampa mortal. El otro bache está muy cerca del nuevo puente que conecta los barrios Chalet y Centenario, también sobre avenida Yrigoyen.

El problema es que los autos y camionetas que se trasladan desde nuestra ciudad se encuentran con los baches sin aviso previo y es por ello que se “abren” de repente hacia el carril que circula hacia Santo Tomé, una situación que puede generar el riesgo de accidentes. En realidad todo el tramo que va hacia el Puente Carretero —de intensa circulación en los horarios pico por la conexión con Santo Tomé— tiene el asfalto bastante desgastado.  En la zona todavía se trabaja en la obra del nuevo puente, que va a resolver un problema histórico: la peligrosa circulación de peatones por el medio de avenida Yrigoyen. Además conecta a dos barrios que estaban separados por la avenida, que está dos metros por encima de los barrios.

Fuente: El Litoral.