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Condenaron a un paciente por una amenaza sexual a una profesional de la salud

Condenaron a un paciente por una amenaza sexual a una profesional de la salud

Un santotomesino de 61 años fue condenado este viernes por haber amenazado a una profesional de la salud. A través de una nota anónima de contenido sexual explícito, amedrentó a la joven, que denunció lo ocurrido por miedo a sufrir un atentado contra su integridad sexual. El miércoles 24 de agosto, antes de las 14, el hombre se acercó hasta el consultorio de la profesional, con quien previamente se había atendido, y deslizó por debajo de la puerta una nota anónima. El contenido de la misma -en el que detallaba obscenidades, situaciones de zoofilia y hablaba de pornografía- alarmó a la joven.

La denuncia cayó en manos de la fiscal Gabriela Arri, y tras una rápida investigación se logró identificar al emisor. Una cámara de seguridad privada lo había captado dirigiéndose hasta el consultorio con el papel en la mano, y a través de su ficha médica se pudo observar que la letra era similar a la de la nota anónima. El miércoles 31 por la mañana se detuvo a José Luis Ibarra durante un allanamiento en su domicilio, del que se secuestraron dos teléfonos celulares y una cámara de fotos. Al día siguiente, ante la jueza Susana Luna, la fiscal le atribuyó el delito de “amenazas calificadas por ser anónimas”.  Ibarra declaró, reconoció ser el autor de la nota y pidió “perdón por lo que he hecho”. Además señaló que está a cargo de un familiar con problemas de salud y le dijo a la jueza: “Yo quisiera que tenga compasión conmigo”.

“Que no se me acerque”

La fiscalía pretendía solicitar la prisión preventiva este viernes, pero previo a la audiencia se acordó la realización del juicio abreviado. Fue así que alrededor de las 10 de la mañana la Dra. Arri y el defensor público Nicolás Mosconi presentaron el escrito ante la jueza Rosana Carrara, quien condenó a Ibarra como autor de las “amenazas calificadas por ser anónimas”. La víctima asistió al acto, y en su declaración ante la magistrada prestó su consentimiento y aceptó los términos del abreviado. Manifestó que se encuentra con “mucho miedo” y que “quiero que esté lejos de mí, que no se me acerque”.

Debido a que Ibarra no posee antecedentes condenatorios, y a que la pena es de 3 años de prisión -la máxima prevista para el delito imputado-, el Código Procesal Penal prevé que pueda cumplirla de manera condicional. Por esto, tras aceptar su culpa y ser condenado, el santotomesino recuperó la libertad. La jueza impuso a Ibarra una serie de reglas de conducta, las cuales deberá cumplir durante los próximos 3 años, ya que de lo contrario podría terminar tras las rejas. Entre estas, una prohibición de acercamiento a menos de 500 metros de la víctima, su domicilio y su lugar de trabajo, así como una prohibición de contacto de todo tipo para con la joven.

Pericia

La fiscalía señaló que del análisis de los elementos secuestrados (dos teléfonos y una cámara) no surgió ningún dato relevante para la causa, ni que pudiera indicar la comisión de otro ilícito.

Fuente: El Litoral

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