En un fallo inédito para un club de la Liga Santafesina de Fútbol, Independiente de Santo Tomé (impulsado por el Dr. Cristóbal Casagrande y asesorado por el prestigioso Dr. Ricardo Frega Navia) logró que un Juez local aplique la Ley Nacional 27211, que regula el llamado “derecho de formación entre clubes argentinos”. Este rubro, que la FIFA enfoca bajo la figura de “mecanismo de solidaridad”, es lo que El Litoral difundió, explicó y desarrolló en su momento a modo de primicia: es la denominada “Ley Giaccone”, impulsada por la Lic. Claudia Giaccone, en su momento Diputada Provincial (doble período 2011-2019) y hoy casualmente responsable de la Secretaría de Deportes de la Provincia de Santa Fe.

El fallo, a favor de Independiente de Santo Tomé, es de primera instancia y ya fue apelado por los abogados de Rosario Central. Para que la gente del fútbol liguista (por situaciones similares que se puedan dar) y los lectores tengan una idea macro, los tips son los siguientes:

— 1) La Ley Nacional 27211 (Ley Giaccone) regula el derecho de formación de futbolistas entre clubes argentinos, lo que la FIFA llama para transferencias internacionales ‘mecanismos de solidaridad‘

—2) La Ley Nacional 27211 (Ley Giaccone) establece un porcentaje de formación de 0.5 por ciento por cada año de ‘semillero‘ entre los 12 y los 18 años. En el caso de la FIFA es entre los 12 y los 23

—3) En la transferencia de Mauricio Martínez, lo que el Juez tomó como cierto es el 50 por ciento que Unión le transfiere a Rosario Central: 1.300.000 dólares por el volante central

—4) El considerando del fallo del juez local “obliga” a Rosario Central a pagarle, aplicando la Ley Giaccone, unos 39.000 dólares, es decir imputando un 3 por ciento; o sea seis años de formación en Independiente de Santo Tomé hasta que llega a Unión

—5) A su vez, como el inicio del reclamo es en el mes de agosto de 2016, aplica un 4 por ciento de mora anual fijada en dólares. Es por eso que Independiente de Santo Tomé calcula, al día de hoy, tener “un ahorrito de 45.000 dólares”, como dice su actual presidente y ex árbitro de Liga Santafesina de Fútbol, Ernesto “Lito” Brignone

—6) Ahora, la misma entidad ‘Diabla‘ de Santo Tomé va por más: quiere reclamar el otro 50 por ciento, que es el que termina comprando Racing de Avellaneda, aunque allí la operación y el cálculo será más complejo, porque supuestamente en ese escenario “negociaron” entre Unión y la entidad de Avellaneda el fichaje del futbolista Nelson “Chaco” Acevedo

“Yo les puedo aconsejar a los clubes de la Liga Santafesina, que la pelean en el día a día como nosotros, sin ningún tipo de apoyo de nadie, que se hagan asesorar, que busquen un abogado, que la peleen. Hagan valer sus derechos. ¡Basta de creer que un jugador se arregla con cinco pelotas como nos quisieron hacer creer durante tantos años”, grita orgulloso a los cuatro vientos el ‘Lito‘ Brignone. Si uno analiza los casos anteriores de fallos favorables (el de Facundo Sánchez en la Liga Rafaelina y el de Nico Domingo en Totoras), hay algunas cuestiones que surgen claras. Por un lado, la Ley 27211 esta en vigencia y aplica claramente.

¿Qué se necesita para avanzar, como lo hizo Independiente de Santo Tomé contra Rosario Central y ganar el reclamo de Mauricio Martínez?: por un lado, abogados capaces y apasionados; por el otro, un Juez local que tenga la decisión de “darle bolilla” y aplicar la llamada Ley Giaccone. Y, además, se necesita la decisión firme del propio futbolista para ir delante de un Juez a declarar y contar cómo fue todo. “Mauricio Martínez no me cobró ni siquiera el café que tomamos antes de ir a declarar ante el Juez. Se pagó los gastos, vino por su cuenta y su declaración fue espectacular, contando la verdad de los años que pasó en el club”, afirma el presidente actual de Independiente de Santo Tomé.

Con esas tres cosas (buenos abogados, un Juez con ganas y la decisión del futbolista), la Ley Nacional 27211 es “absolutamente aplicable”. En el caso de Independiente de Santo Tomé lo ganó en primera instancia y ahora Rosario Central apeló. “Cuanto más tiempo pasa, más corren los intereses”, se frotan las manos los dirigentes de “Santoto”. Con un total de 650 chicos que iban todos los días al club en la pre-pandemia, Independiente de Santo Tomé “acaricia” estos primeros 45.000 dólares de Mauricio Martínez como un verdadero “salvavidas” para poder surfear la crisis: tiene un predio con nueve (9) hectáreas que hay que mantener.

“Si no se le dedica atención, en el día a día, cuando termine el aislamiento por el Covid-19 nos van a tapar los yuyos en el predio. Todos esos gastos siguen. En cuanto al estadio principal de Independiente de Santo Tomé, que se llama Mauricio Martínez justamente, nosotros nos asesoramos con el canchero de Unión de Santa Fe, porque buscamos la excelencia y todo eso cuesta mucho dinero”, explica su presidente. Incluso se ilusiona a futuro, a pesar del parate por la crisis del coronavirus: “El predio nuestro en Santo Tomé tiene nueve hectáreas, pero hay un proyecto diseñado por una empresa rosarina que abarca unas cuatro hectáreas. La idea es realizar allí una pileta de natación semi-olímpica, un hotel propio como el del predio de la Liga con 14 habitaciones, un salón de eventos y fiestas para unas 1.500 personas y espacios de diversión. Por ahora, está todo parado”.

Sin dudas que para los sacrificados y siempre olvidados clubes de la Liga Santafaesina de Fútbol (LSF), el tema “Mauricio Martínez/Independiente de Santo Tomé” puede hacer las veces de “caso insgnia” y “juicio testigo”. Habrá que animarse. Hay que poner “huevo” como en la cancha: se debe comprometer el club formador con abogados capaces y apasionados por el espíritu amateur; se debe comprometer el jugador, como lo hizo Mauricio Martínez: vino, se plantó ante el Juez y contó todo lo que le dio Independiente de Santo Tomé entre los 12 y los 18 años. Y, por último, algo que en este bendito país asoma como la “pata” más complicada de todas para apoyar los sueños de justicia formativa de los clubes de Liga: encontrar un Juez que tenga tiempo, ganas y honestidad para aplicar la Ley Nacional 27211.

Fuente: El Litoral