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Volvieron los mosquitos: especialistas advirtieron las causas y destacaron que no hay presencia de Aedes Aegypti

Las últimas lluvias, con aumento de temperatura incluido, marcaron el regreso de los mosquitos a Santa Fe. La novedad es que no se trata del Aedes aegypti, que transmite dengue, zika y chikungunya, sino de un primo hermano conocido como “charquero” por su lugar de crianza afín. Destacaron que la fumigación no sirve en este caso.

La Licenciada en Saneamiento Ambiental, Mariana Maglianesi, dialogó con La Radio de UNO 106.3 y explicó que los mosquitos que hoy se ven en la ciudad no son los que transmiten dengue, zika o chikungunya, sino especies molestas que aparecieron tras las últimas lluvias.

“Lo primero que suele aparecer como propuesta es la fumigación, pero no es la manera adecuada. El mosquito que vemos en cantidad no es el Aedes aegypti y todavía no es el momento biológico en el que pueda desarrollarse”, aclaró Maglianesi.

Según detalló, para que esa especie se reproduzca no alcanza con las altas temperaturas y las lluvias intermitentes: también se necesita un fotoperiodo favorable, es decir, días más largos con mayor cantidad de horas de luz. “Esa condición ambiental recién se dará hacia fines de octubre. Por ahora lo que tenemos son mosquitos molestos, que no transmiten enfermedades”, indicó.

Maglianesi advirtió que la fumigación resulta ineficaz como método preventivo: “Cuando decimos ‘vamos a fumigar preventivamente’, lo único que estamos matando son los mosquitos adultos que están volando. Por cada diez que vemos, hay miles que se están criando en el agua. Además, los insecticidas actuales no tienen efecto residual, porque justamente se eliminó esa característica ya que enfermaba a las personas y mataba especies benéficas como abejas o mariposas”.

El descacharrado, la medida clave

Para la especialista, el verdadero trabajo de prevención comienza antes de que aparezca el Aedes aegypti. “Este es un buen momento para activarse: todavía no está el mosquito que transmite la enfermedad y sí tenemos los molestos, que nos sirven de alerta. La única medida realmente preventiva es el descacharrado, que puede reducir hasta un 80% la población de mosquitos”, sostuvo.

Esa tarea consiste en eliminar recipientes en desuso que puedan acumular agua, cepillar bien los bordes de los que se conserven y tapar herméticamente los que contengan agua. “Los huevos del Aedes que quedaron desde abril o mayo no mueren, permanecen latentes. Con las lluvias y los días más largos de octubre, esos huevos eclosionan y en 10 o 15 días tenemos nuevos mosquitos”, explicó.

Diferencias entre especies

Maglianesi aclaró que no todos los mosquitos son iguales y que muchas veces se simplifica el debate. “Hay más de 40 especies. El Culex, por ejemplo, es el mosquito molesto más común. Se cría en zanjas, cunetas y charcos. El Aedes aegypti, en cambio, necesita superficies sólidas como botellas, tarros, cubiertas o tanques para adherir sus huevos. Por eso la responsabilidad de controlarlo es principalmente de cada vecino en su patio”, señaló.

La licenciada también subrayó la importancia del trabajo comunitario: “El mosquito vuela hasta 100 metros a la redonda. Lo que cría mi vecino también me afecta a mí. No se trata de ver al otro como enemigo, sino como aliado. Hay que organizarse por manzana y constituir unidades saneadas”.

Fumigación y repelentes

Sobre las fumigaciones que realizan municipios y comunas, Maglianesi fue clara: “No es que estén mal, pero tienen un efecto muy limitado. Los piretroides se inactivan con la luz solar y matan solo una pequeña población de mosquitos por unas horas. Sería mucho más eficiente invertir ese esfuerzo en el mantenimiento de zanjas y en la eliminación de criaderos”.

En relación al uso de repelente, recomendó no abusar: “No podemos vivir con la piel fumigada. Hay que usarlo de manera estratégica, sobre todo cuando viajamos a zonas con circulación de dengue. La tecnología nos permite informarnos: si voy a Brasil en diciembre, uso repelente para no traer la enfermedad a mi familia ni a mi barrio”.

La vacuna contra el dengue

Finalmente, Maglianesi fue cauta al referirse a la vacuna: “No soy médica, pero es importante aclarar que la vacuna atenúa los casos, no los evita completamente. Además, el Aedes también transmite chikungunya y zika, para los cuales no existen vacunas. Por eso, lo más importante sigue siendo la prevención ambiental: descacharrar, mantener limpios los patios y exigir a municipios y comunas que cumplan con el mantenimiento de zanjas y cunetas”

Fuente: UNO Santa Fe

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