Vélez fue superior desde el inicio. Si bien el Fortinero acumulaba cuatro partidos sin victorias, sus jugadores desarrollan una idea mínima de juego, cada uno tiene asignado un rol y, mal o bien, lo ejecutan en el campo, algo que ante equipos sin identidad como el Sabalero hace prevalecer la idea del “Gringo”.

Colón jugó en el José Amalfitani a aguantar el vendaval del local. El Fortinero impuso sus condiciones desde el principio y acorraló a los de Lavallén en su propio campo. Por ambas bandas y con desmarques, parecía que era cuestión de tiempo para que Vélez abra el marcador.

Y el primer tanto iba a llegar. Iba a ser para el local y de un jugador que ya estaba demostrando que quería ser protagonista en el partido: Thiago Almada. El juvenil velezano tomó la pelota de volea en l puerta del área y Leonardo Burián no pudo ver siquiera por donde entró la pelota. El gol le puso algo de justicia al partido y además envalentonó aún más al local que no tuvo piedad con su rival.

A los pocos minutos, Leandro Fernández, mano a mano con el “Cachorro” luego de una gran asistencia, puso el 2-0. El partido se encaminaba a una goleada y el Sabalero no daba respuestas para demostrar que no sería posible. Por cada jugador de Colón, había dos o tres de Vélez que lo rodeaban para impedirle el avance. En el duelo de ideas y lineamientos de juego, Vélez también era superior. Pero como todo también tenía sus falencias y puntos bajos.

Uno de ellos era el espacio que había a la espalda de Fernando Gago, el volante central del Fortinero con los dos centrales. Ese hueco sería aprovechado por Colón. Una salida desde el fondo, una en la que el local no intentó presionar, Guillermo Ortíz le cedió la pelota al Pulga Rodríguez que con un caño a su marcador lo dejó solo a Christian Bernardi que ante la salida del arquero Lucas Hoyos definió para descontar y recortar la ventaja con Vélez.

Lo liquidó en el complemento

El descanso le sentó bien a Vélez que salió al entretiempo con la intensidad con la jugó gran parte del primer tiempo. A puro toque, fiel al estilo que pregona Heinze, iba a llegar el gol de Nicolás Domínguez a los pocos minutos del segundo tiempo.

Otra vez con dos goles de ventaja, el partido se planchó. Pareció que Colón bajó los brazos y apostó a encontrar el descuento a través de la contra. Ni siquiera con algunas modificaciones realizadas por Pablo Lavallén cambiaron el rumbo de un encuentro que parecía tener su destino definido.

Hasta el final del partido, el Fortinero tuvo el dominio del juego y pudo haber aumentado la ventaja en varias ocasiones con Leandro Fernández o Lucas Janson, pero la falta de definición evitó que el Sabalero vuelva a Santa Fe con una goleada en contra. El equipo de Lavallén retrocedió un paso en Liniers. Luego del triunfo ante Estudiantes de la Plata, el equipo rojinegro no mostró siquiera la actitud por torcer el desarrollo del juego.

Fuente: Aire de Santa Fe