“Tengo 32 años y quisiera jugar en el exterior para hacer una diferencia económica. Soy consciente de que me queda poco tiempo en el fútbol y quiero aprovecharlo, ya que estoy en un buen nivel. En Unión estoy bien, pero la diferencia se hace afuera”, fue la primera frase que tiró en Café con Fútbol, hace algunas semanas, Nelson Acevedo. La otra fue directamente un tiro por elevación: “Unión debe romper el chanchito y pensar en grande”. Agrego una tercera, no de su autoría, pero que viene al caso: cuando Acevedo juega bien, Unión juega bien. El clásico pudo haber sido la última gran ratificación de esta verdad: Unión se resintió cuando salió de la cancha Acevedo, su mejor jugador.

El contrato del “Chaco”, como se sabe, vence en junio. Cuando fue cedido a préstamo a Defensa y Justicia (donde fue campeón de la Sudamericana) se sabía que su regreso iba a ser por sólo seis meses. Al margen de ello y de lo que cuesta el arreglo posterior cuando se entra en la recta final de un contrato y el jugador -en este fútbol muy “proteccionista” hacia los futbolistas- vé el horizonte de su libertad de acción para negociar con cualquier institución, los dirigentes de Unión fueron conscientes de que había que arreglar con Acevedo. No hablaron con él, o si lo hicieron fue en las últimas semanas, pero sí elaboraron una propuesta para que la contemple su representante, nada menos que Cristian Bragarnik, un hombre de estrecha vinculación al mundo Unión en los últimos tiempos, sobre todo cuando el técnico era Madelón, a quién también representa.

¿Qué hizo Unión?, enviar una propuesta de renovación del contrato por un año y medio (hasta diciembre de 2022), con cláusulas de salida en todos los mercados (diciembre de este año y junio del año que viene), seguramente con un aumento que pueda acercarse a lo que se puede ganar en el exterior, a sabiendas de que el dólar hace que cualquier otro país en condiciones de pagar con “verdes” está en condiciones de superioridad competitiva con relación a la devaluada moneda argentina.

Sería un buen punto de partida, mantener a Acevedo. Como también es necesario apuntalar el proceso con refuerzos que le den un salto de jerarquía. Mantener el proceso de los juveniles, mantener a los que andan bien (Acevedo, Cañete y en menor medida Luna Diale), “limpiar” lo que sea necesario y que lleguen jugadores de valía en los puestos necesarios para levantar la puntería y salir de la medianía en la que se sumergió Unión en los últimos tres torneos locales.

Fuente: El Litoral