Alejandro MartÍn “Tanque” Kenig, el exjugador de fútbol cordobés e ídolo del club Talleres, implicado en la megacausa que investiga el robo de camionetas en Santa Fe y la región y que luego eran cruzadas a Bolivia, fue imputado en los tribunales de Santa Fe. La imputación estuvo a cargo de la fiscal del caso, María Laura Martí, quien le atribuyó ser parte de una asociación ilícita y por medio de la misma haber cometido “tres robos calificados” ocurridos desde 2018 hasta mayo de este año.
La atribución de los hechos se dio en el marco de una audiencia que tuvo lugar en la Sala 3 del subsuelo de tribunales y que fue ante el juez de la Investigación Penal Preparatoria, Héctor Gabriel Candioti y los abogados defensores, Néstor y Juan Oroño, quienes además representan a los otros integrantes del engranaje criminal: Jorge Adrián Moyano (51), su hermano Sergio Ariel Moyano (45) y su hijo, Gustavo Moyano (26).
De manera detallada, la fiscal Martí imputó al “Tanque” Kenig haber mantenido permanente comunicación, el 22 de mayo del 2019, con Moyano mientras otro integrante de la banda robaba una camioneta Toyota Hilux color negra -con un sistema de inhibición de alarmas- que se encontraba en Pedro Díaz Colodrero al 1800. También, le achacó haber realizado la misma logística en la sustracción de otra Hilux blanca que estaba situada en Gaboto al 1600 de Santo Tomé el 26 de ese mismo mes.
No obstante ello, la funcionaria judicial le adjudicó llevar a cabo la misma maniobra en el robo de otra camioneta Hilux, color champagne, que se encontraba estacionada -entre el 25 y 26 de mayo de este año- en Aarón Castellanos y avenida Colonizadores de la ciudad de Esperanza, en el departamento Las Colonias.
Para la fiscal, Kenig fue un partícipe activo de la banda cuyo líder fue identificado como Iván Pablo H., alias “Chancha” y el cual dirigía el plan criminal del cual eran parte los Moyano, José María B., alias “Ladilla”, Veronica P., María Alajanda A., alias “Nano”, Fabian Arnaldo B., alias “Coreano”, Alvaro M. y Juan Carlos C., alias “Cala”. La quebrantada organización, que de a poco ha sido desmembrada por la causa que conduce la fiscal Martí, se dedicó a la sustracción de camionetas 4X4 o tipo Toyota Hilux desde el 2018. Las mismas eran robadas bajo la modalidad de “emulación del sistema centralizado e inhibidor de la alarma”.
Tras ser sustraídas, las camionetas eran trasladadas por la ruta nacional 34 hacia la localidad de la Quiaca (Jujuy), donde uno de los integrantes las cruzaban hacia Bolivia con un destino que aún se desconoce aunque se sospecha, según indicaron fuentes del caso a Aire Digital, que llevadas a otra banda que opera en el exterior.
A lo largo de la pesquisa, los investigadores de la Policía de Investigaciones detectaron que la estructura criminal brindaba logística para que las camionetas que eran sustraídas poseyeran patentes que coincidieran en modelo y marca del vehículo con el trasladado para no ser advertidos con un control primario de pedido de secuestro.
A la vez, la organización proporcionaba documentación apócrifa -tarjetas azules- a los involucrados en el traslado de las Hilux y además suministraba dinero para que que en caso de ser demorados por algún control caminero los integrantes puedan “coimear” a los agentes de la respectiva fuerza.
El caso salió a la luz cuando Jorge Adrían Moyano fue detenido el 29 de mayo en inmediaciones de la “estación terminal” de la ciudad de San Salvador de Jujuy, a bordo de una Toyota Hilux. La misma había sido robada en Santa Fe capital siete días antes y tras su secuestro, los investigadores pudieron desentramar cómo operaba la organización nacional de la cual Kenig, según la Fiscalía, fue un personaje clave.
Fuente: Aire de Santa Fe
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