Así lo manifestó la concejal Florencia González durante la marcha autoconvocada por vecinos y comerciantes de la ciudad en reclamo de mayor seguridad. La edil estuvo acompañada por el candidato a concejal José “Pepe” Roura, quien agregó: “Nos sumamos al pedido de la gran mayoría de los santotomesinos. Queremos vivir y trabajar en paz, estamos hartos de la inseguridad mientras vemos que el municipio se queda de brazos cruzados esperando soluciones mágicas que vengan de arriba.”

La concejal Florencia González y el candidato de Juntos por el Cambio José Pepe Roura, se sumaron a la marcha que este mediodía partió desde las 5 esquinas en reclamo de mayores medidas de seguridad para los comercios de Santo Tomé. “Nos preocupan los reiterados hechos delictivos, que cada vez son más violentos, y la inacción del municipio ante esta situación. Entendemos que de la seguridad deba encargarse la Provincia, pero los ejecutivos locales también pueden y deben hacer su parte porque conocen mejor que nadie el territorio, la realidad de cada barrio”, deslizó González.

La concejal y candidata a Diputada nacional recordó algunas de las iniciativas en materia de Seguridad presentadas en el Concejo, pero se lamentó por la falta de voluntad política de otras fuerzas para debatirlos y tratarlos.

“Son varios los proyectos que hemos formulado en este sentido, con el valor agregado de que lo hemos hecho en equipo con el aporte de los vecinos, instituciones y especialistas”, expresó la edil. Y recordó algunos de ellos, como su propuesta para modernizar los mecanismos de seguridad del municipio, optimizar el funcionamiento del centro de monitoreo, agregar más y mejores cámaras, o diagramar y establecer corredores seguros.

Por su parte, Roura hizo hincapié en el hartazgo del sector comercial de la ciudad: “es totalmente entendible, porque a la inseguridad y a la falta de involucramiento del municipio hay que sumarle que la vienen remando hace más de un año producto de la mala gestión de la pandemia. Algunos locales subsisten a duras penas, pero otros han tenido que ponerle un candado definitivo a las persianas de su negocio.”

“Son miles de familias que viven, invierten, generan empleo genuino y le dan movimiento a la ciudad. A ellos tenemos que cuidar, la sensación de abandono que tienen es enorme en un contexto desesperante”, finalizó Roura.