Como consecuencia de una política que a la luz de los resultados ha sido deficitaria, pero también de situaciones climáticas que terminaron siendo altamente nocivas para el sector y sus principales actores, queda en evidencia que la realidad de la industria del tambo y la lechería presenta hoy un escenario sumamente complejo en toda esta parte del país. Con la situación de crisis que atravesó la empresa SanCor como ejemplo más contundente de la realidad que describimos, es un hecho que la gran mayoría de los productores lecheros de localidades como Colonia San José y toda su zona de influencia han visto seriamente comprometida la continuidad de su actividad a partir de la escasa rentabilidad que la misma genera. De este modo, decenas de productores ya se han inclinado por dejar el sector y dedicarse a otras actividades, al tiempo que mucho otros siguen luchando contra la corriente para poder subsistir.

Esta semana, EL SANTOTOMESINO dialogó al respecto con Luis Chatelain, productor tambero pero además presidente comunal de Colonia San José, voz autorizada para hacer un análisis de la difícil situación por la que atraviesa este rubro. En primera instancia, Chatelain indicó: “Si bien el sector lechero viene sufriendo desde hace un largo tiempo una problemática económica muy seria, está claro que la cuestión se ha complicado mucho en estos últimos dos años y como consecuencia de la situación climática. La conjunción de los dos factores indudablemente que ha tenido efectos muy nocivos sobre el sector, con una gran cantidad de productores tamberos que estaban analizando la posibilidad de abandonar la producción optaron finalmente por dejarla”. Del mismo modo, y profundizando respecto de las múltiples razones que llevan a un productor a tomar la difícil determinación de alejarse del sector tambero, el presidente comunal de San José comentó que “el principal motivo de esa decisión sin dudas que tiene que ver con el cansancio natural que produce por un lado no ser rentable y por el otro los inconvenientes derivados de las inundaciones como es el caso de la pérdida de animales o la falta de caminos por donde movilizar la producción. Toda esta acumulación de cuestiones puntuales llevaron a que se complique seriamente la producción y la industria del tambo en toda la zona. Yo personalmente soy un productor tambero y todos los que estamos en el sector sabemos perfectamente que es una actividad que te demanda los 365 días del año y cuando eso no se traduce en algo rentable termina por producir cansancio y el cambio de actividad”.

La situación de SanCor

En otro tramo de la charla, y siendo consultado respecto de la crisis por la que atravesó la firma SanCor en las últimas semanas y que tuvo altísima repercusión a nivel nacional, el propio Luis Chatelain explicó: “Acá hay un problema de fondo y es que justamente las situaciones de conflicto se resuelven con salvatajes y no con cuestiones estructurales que resulten a futuro. No solo a SanCor, sino también a varios productores de la zona se les han acercado salvatajes parecidos pero que sirvieron realmente para muy poco. Yo considero que no se puede dejar caer una empresa del tamaño y la trascendencia que tiene SanCor porque tendría un impacto social demasiado grande. De todos modos yo creo también que las empresas tienen que hacer los números finos y sinceros para salvar la producción y a los trabajadores, porque para nadie resulta lógico trabajar a pérdida”. Antes de terminar, y llevando esta situación de conflicto a lo que ocurre con el sector lechero en general, Chatelain señaló: “En el caso puntual de la industria del tambo, pero también en el de las empresas en general, yo creo que es momento de analizar la situación y de hacer números finos para poder salvar el momento de crisis y asegurar la continuidad laboral. No nos olvidemos que por detrás de una compañía como puede ser SanCor existen un montón de empleados, de proveedores y de productores que necesitan de esa fuente para seguir subsistiendo. En este caso puntual los productores terminaron siendo los más perjudicados porque no cobraron o bien están cobrando con 3 y 4 meses de atraso. Yo realmente no sé cómo se las ingenian para seguir adelante, y en función de eso pienso que es momento de terminar con los salvatajes y de cambiar la forma de trabajo y de gestión a fin de que los balances sean rentables para poder seguir”.