El pasado 23 de septiembre una vivienda se incendió en Santo Tomé. Como consecuencia, dos niños y un joven, que eran hermanos, fallecieron. Una hermana menor sufrió quemaduras en el 90% de su cuerpo por lo que permanece internada en el hospital Garrahan. La madre, abuela y otra menor salvaron sus vidas. Mientras para los peritos, el fuego fue accidental, la mamá de los niños volvió a su casa. Hay indignación de los vecinos. En la mañana del domingo 23 de septiembre, una casa ubicada en Victoria Ocampo al 4.300, Santo Tomé, ardió en llamas. Dentro dormían seis hermanitos, la mamá y la abuela. Cuando el fuego tomó el domicilio, Nicolás Carnero, de 7 años, murió dentro. Su hermano, Jesús Carnero, de 9, murió dos días después, en el Hospital de Niños Dr. Orlando Alassia. Allí había permanecido internado con quemaduras en gran parte de su cuerpo. Mariano Carnero, de 20, perdió la batalla contra la muerte tras agonizar durante 7 días en el Hospital Dr. José María Cullen, donde los médicos, incluso, le habían amputado una pierna para tratar de salvar su vida. La única sobreviviente de la tragedia fue Micaela Carnero, de 13 años, que debió ser trasladada al Hospital Garrahan, en un estado de salud desesperante causado por las graves quemaduras sufridas -tenía un 90% de su cuerpo afectado por el fuego-. En tanto, la madre de los niños, la abuela y una hermana menor de 6 años, lograron salir con vida.

La salud de Micaela

Desde el hospital de Niños, Dr. Orlando Alassia, cada semana reciben un nuevo parte médico. El último fue este lunes. Así, informaron que la menor permanece con asistencia respiratoria mecánica. De todas maneras, los médicos buscan retirarselo de manera lenta. Asimismo, van ingresandola a quirófano para realizarle injertos en la parte de su cuerpo quemada. Además está finalizando el tratamiento con antibióticos.

Las causas

Para los peritos que trabajaron en el lugar, el incendio fue accidental. A pesar de las innumerables declaraciones y denuncias de los vecinos, que afirman que los hermanitos Carnero vivían en un infierno de violencia propiciado por su madre y otros familiares; de un audio de Whatsapp en el que queda claro que el fuego fue provocado; de las amenazas inmediatamente previas de la madre de los chicos (“hoy vamos a ser noticia porque van a terminar todos en el cementerio”); que mientras los chicos morían uno de los tíos miraba desde la vereda, mientras tomaba cerveza e insultaba  los bomberos, la fiscal del caso sigue sosteniendo que el incendio fue “accidental” y no ordenó ninguna detención.

Fuente: Aire de Santa Fe.