El caso del llamado “camillero gigoló” salió a la luz en Santa Fe y mantiene en vilo a la justicia y a la sociedad. La fiscal Yanina Tolosa fue entrevistada en el programa Santa Fe Policiales y brindó detalles sobre cómo operaba el acusado.
Según explicó, el hombre establecía vínculos sentimentales con mujeres adultas, generaba confianza y en ese marco obtenía documentos y datos personales que luego utilizaba para abrir cuentas bancarias o solicitar préstamos a nombre de ellas.
Tolosa confirmó que hasta el momento son cinco las víctimas identificadas y que el monto total de las estafas asciende a unos 70 millones de pesos. “Todas están atravesando un proceso difícil, muchas bajo tratamiento médico o psicológico y con licencias laborales por las consecuencias emocionales y económicas”, sostuvo.
Un patrón repetido en todas las víctimas
La fiscal describió un método calculado: el acusado sostenía las relaciones durante meses, pedía fotos, copias de DNI o datos laborales con excusas creíbles —como la compra de un auto— y luego gestionaba productos financieros digitales.
“Las entidades bancarias validaban las solicitudes porque las víctimas tenían empleo formal y recibos de sueldo, por lo que resultaban ‘clientes confiables’”, señaló Tolosa. Los resúmenes de cuentas y tarjetas eran enviados a domicilios o correos electrónicos del imputado, lo que le permitió mantener el engaño durante más de un año y medio.
Al no pagar las deudas, las financieras intimaban a las mujeres y recién entonces ellas descubrían el fraude. Algunas relaciones se superponían, lo que le permitía al acusado ganar tiempo y continuar con las maniobras sin ser descubierto.
Más allá del dinero, el daño emocional
Tolosa también destacó el componente psicológico. “Todas las víctimas coinciden en describir un perfil manipulador y violento. Si bien no hubo golpes, sí hubo amenazas y situaciones de encierro que aumentaron el nivel de miedo”, afirmó.
La fiscal agregó que el engaño sentimental generó en las víctimas sentimientos de humillación y vergüenza, lo que demoró algunas denuncias. Una de ellas recién se animó a declarar tras la detención del acusado. “Más allá del perjuicio económico, lo grave es el daño emocional. Estamos acompañando a las víctimas, que sienten su vida personal y financiera destrozada”, subrayó.
El rol de los bancos y la investigación en curso
Durante la entrevista, los periodistas señalaron la necesidad de revisar los mecanismos de control de bancos y mutuales. Tolosa coincidió en que la digitalización de los trámites facilita la operatoria, pero pidió mayores resguardos para proteger a los usuarios.
La investigación sigue abierta. Aunque hasta ahora son cinco las denunciantes, la fiscalía no descarta que existan más víctimas que aún no se animaron a presentarse. “Esperamos que no, pero estamos atentos. Ojalá que ninguna otra mujer haya atravesado este engaño”, concluyó Tolosa
Fuente: El Litoral