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por
la redacción
Colón siente un montón la ausencia de Javier Correa. No solo por su cuota goleadora sino por lo que genera en ataque. Tanto es así que muchas veces el entrenador, Eduardo Domínguez, lo puso igual en cancha cuando no estuviera a pleno físicamente. Hoy el presente del equipo no es el mejor, con una malaria que llegó a los ocho partidos sin ganar entre Superliga, Copa Sudamericana y Copa Argentina. Actualmente se está recuperando de un desgarro de grado 2 semimembranoso en el muslo derecho y por eso casi con seguridad se perderá el partido de este viernes en Santa Fe, a las 21, frente a Godoy Cruz, precisamente su anterior club. Más que nada, porque se espera que esté disponible para el encuentro contra Junior de Colombia del próximo miércoles 26, en Barranquilla.
En pleno proceso de puesta a punto, el delantero cordobés habló este martes con el programa Diez en la City, que se emite por FM “X” 103.5, donde dio detalles de cómo marcha su actualidad: “Los anteriores desgarros no fueron nada al lado de este. Sentí como que se me abrió la carne y me preocupé. Todo lleva más cuidados. El tiempo no es el mejor para estar lesionado, porque al equipo le está costando un poco, pero los jugadores estamos siempre expuestos a esto, así que solo queda recuperarse. Nadie quiere tener este tipo de lesiones, más ahora, por eso estoy haciendo todo para recuperarme bien”. En otro tramo, resaltó: “El desgarro lleva 21 días de recuperación y recién los cumpliré el 26 de septiembre. Hay que ir día a día. No quiero hacer cagada y perjudicar al grupo. Es la primera vez que me pasa tener una lesión así. Uno no conoce la lesión y no sabe cómo reaccionar cuando le pasa. Entonces si vuelvo rápido y me lesiono me van a putear todos, así que hay que ir de a poco”.
“En este momento necesitamos de la gente, de los dirigentes, de todos. Hace cinco partidos que no ganamos. Estamos trabajando para salir de esto rápido. Somos conscientes de que no estamos bien. Necesitamos recuperar todo lo bueno que nos salía antes. Ahora la pelota pega en el palo y sale. Nosotros también queremos mejorar y salir a ganar todos los partidos. Estamos dolidos y con bronca, porque a nadie le gusta comerse tres goles como contra Independiente. Yo trato de aportar desde mi lugar. Antes no éramos Barcelona y ahora no somos los peores”, reconoció en una fuerte autocrítica. Pero la cosa no quedó solo ahí: “Son rachas. Nos está tocando no poder ganar. Nosotros tenemos que demostrar que somos un gran equipo y que queremos ir siempre para adelante. Somos los mismos de siempre, pero ahora nos está costando. Antes cuando nos iba bien éramos rubios de ojos verdes y ahora ya no”.
En torno a si prefiere jugar solo arriba, aseveró: “Siempre jugué con alguien. Compartí siempre el ataque, nunca jugué solo. Aunque tampoco me sentí solo ahora, salvo el primer partido contra San Pablo, pero entendí cuál era mi trabajo”. Pero en el final, dejó en claro que tiene muchas “ganas de jugar. Todos los días”. “Estoy haciendo doble turno de recuperación, incluso sábado y domingo”, aclaró.
“No pasó nada”
Amén de lo estrictamente deportivo, el cordobés también contó cómo fue el diálogo con los barras de este lunes en el predio, aunque no ahondó en detalles: “No pasó nada. Son cosas que quedan ahí. Fue en buenos términos. Una charla positiva. No estaba enterado de la policía, me di cuenta cuando salí para irme a mi casa. No sé por qué la determinación. Son cosas que decide el club”.
Tema público
También se tomó un instante para hacer una importante reflexión sobre el polémico encontronazo con un hincha de Unión en un comercio de Santa Fe, que terminó siendo un tema de la agenda y que tomó diferentes ribetes: “No fue cómodo, porque estaba con mi familia. Entiendo todo como se maneja la ciudad. Él se equivocó y es chico. Su fanatismo lo traicionó. Nos pedimos disculpas y quedó todo bien. Nosotros tenemos que estar en otra cosa y enfocarnos en Colón. Entiendo el folklore, pero el respeto está más allá de los colores. Si me cruzo con un hincha de Unión merece el mismo respeto que cualquiera y debería ser siempre así de parte de todos. Colón tiene que ser reconocido como una gran institución”. “Las cargadas siempre se dan, pero siempre y cuando sea con respeto, más que nada cuando la familia está en el medio. Cuando es así se pasa el límite. Nunca incito a la violencia y creo que el resto debería hacer lo mismo. Nosotros somos los encargados de llevarle el mensaje a la gente”, concluyó.
Fuente: UNO Santa Fe.
