En este momento de la pandemia, forzar una convocatoria para una “marcha anticuarentena” es una irresponsabilidad social tan grande, que se acerca a la locura. ¿Cómo vamos a intentar reunir a una multitud cuando todas las disposiciones y recomendaciones, acá y en el mundo, indican lo contrario? Es una invitación a que la gente se contagie y a propagar aún más el virus.

Estamos en un momento crítico, en donde no hay lugar a dudas de que la vida y la salud son la prioridad. Si tenemos diferencias de criterio respecto a las decisiones políticas o medidas económicas que las autoridades toman, nuestra opinión puede manifestarse por muchos otros medios, como siempre se hizo. Pero es inconcebible pretender aglomerar a una muchedumbre en una plaza, exponiendo a todas esas personas y, consecuentemente, a su núcleo familiar y al resto de nuestra comunidad.

En esta locura de persuadir a la ciudadanía para que vaya a juntarse a una plaza en el medio de una pandemia, hay una irresponsabilidad mucho mayor de parte de aquellos dirigentes políticos que la organizaron, promovieron o difundieron. Sobre todo, teniendo en cuenta que el jefe de la oposición en nuestro país, Mauricio Macri, está en Europa y no poniendo en riesgo su salud en una manifestación popular.

También resulta sorprendentemente contradictoria la idea de convocar contra la reforma judicial. ¿No fue Macri quien, apenas asumido en diciembre de 2015, intentó meter a dos jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación por decreto?

Ni hablar de lo simbólico de hacer coincidir  la convocatoria con un 17 de agosto. Fue el Gobierno de Macri el que sacó a San Martín y a otros próceres de los billetes para cambiarlos por animales.

La realidad que hoy nos toca transitar en el mundo, nos exige expresar nuestras disidencias de otra manera. Ya habrá tiempo para volver a las manifestaciones multitudinarias en la calle. Tengamos la responsabilidad que la actualidad nos exige. Y hoy, más que nunca, tenemos que dejar de lado meros oportunismos políticos; el camino es con unidad, para cuidar la vida y la salud de toda la población argentina.