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por
la redacción
Pablo Imhoff anunció su llegada a Alaska el 13 de junio de 2025 a través de un emotivo mensaje en redes sociales: “Ahora sí lo puedo decir: sueño cumplido, llegamos a Alaska. Más de cinco años en ruta, 50 mil kilómetros, 15 países, casi 300 videos… No hay mucho más para agregar que un gracias a todos los que formaron parte de este sueño, por haberme ayudado a lograrlo”. En otra publicación, dio las gracias y expresó su entusiasmo: “Lo único que puedo decirles, ahora sí, es que el Proyecto Alaska ha llegado a su fin. Se termina un sueño, pero también comienza otro. Otro sueño al que habrá que ir dándole forma entre todos. Gracias de corazón a todos los que me acompañaron hasta acá”.
Nacido en Santo Tomé, Pablo Imhof tomó la decisión de cambiar su destino en 2014. A los 27 años, dejó su trabajo como técnico óptico en Rosario, canceló el contrato de alquiler de su departamento y vendió todo. El viaje se convirtió en su estilo de vida. Su primera gran aventura fue recorrer las 23 provincias argentinas y las Islas Malvinas con una Gilera Gran Turismo 200 de 1970. Aquella experiencia se transformó en su primer libro y en el impulso definitivo para ir más allá. Fue así como en enero de 2020 empezó con el Proyecto Alaska, un desafío que consistía en cruzar el continente americano de Sur a Norte en una moto. El punto de partida fue Santo Tomé hacia Ushuaia, donde quedó varado por un año en Tierra del Fuego por la pandemia de COVID-19. Durante ese tiempo, exploró la región y se volvió un “especialista del Fin del Mundo”, como le gusta definirse.
Con una Honda C90 Econo Power equipada con alforjas de cuero, un baúl de madera y una toma de 12 voltios, recorrió de sur a norte el continente. Recorrió la Ruta 40 de punta a punta, desde Cabo Vírgenes hasta La Quiaca, antes de cruzar a Bolivia y continuar por Sudamérica, Centroamérica y Norteamérica. Atravesó lugares como el Salar de Uyuni, Abra del Acay en Salta, las rutas de Perú, la selva ecuatoriana y los desiertos de México. En total, visitó países como Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Costa Rica, Honduras, Guatemala, Belice, México, Estados Unidos y Canadá. Aun así, las dificultades no faltaron: mal de altura, tormentas eléctricas, problemas mecánicos, robos y trabas burocráticas. Pero también vivió momentos únicos: acampó en un volcán activo, festejó su cumpleaños bajo las estrellas y conoció a personas que lo marcaron para siempre.
La hazaña de Pablito en registro: el Proyecto Alaska en casi 300 videos
Además de viajero, Pablo filmó, editó y subió cada etapa de su recorrido a su canal de YouTube, que hoy supera los 1.5 millones de suscriptores. Sus seguidores lo acompañan desde cualquier lugar del mundo, viviendo la experiencia como si fueran parte del viaje. “No es magia, es mucho trabajo. Hay que ofrecer buen contenido y ser constante”, aseguró. La creación de videos no solo le permite financiar el viaje, sino también conectar con una audiencia fiel que lo reconoce en cada pueblo y ciudad que visita. La llegada a Alaska no fue solo el cierre de un viaje, sino la confirmación de una elección de vida. “Fue la mejor decisión que tomé”, escribió en redes sociales al anunciar el final de la travesía. “No hace falta dejar todo. A veces un pequeño paso cambia muchas cosas. Si tenés un sueño, empezá por algo chico. Ya con eso estás transformando tu vida”, dijo.
Fuente: Aire de Santa Fe
