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por
la redacción
“De chico jugaba a ser entrenador con muñequitos. Jugaba la pelota en la calle, en el colegio y en casa. Dejé a los 22 años sin darme cuenta y a los 27 ya comencé a ser entrenador”, contó el DT de Colón, Rodolfo De Paoli, en una charla amena y distendida sobre su historia.
En la previa del duelo límite del lunes en Matadores, desde las 16.10. ante Nueva Chicago por la fecha 29 de la zona B de la Primera Nacional, el conductor sabalero charló con el programa ATP sobre sus inicio y el gran desafío que afronta en su carrera en Santa Fe.
“Empecé a entrenar en el Centro de Alto Rendimiento de Futbolistas que fundó Coqui Raffo. Ahí conocí a grandes personas que marcaron mi vida, como Diego Martínez, actual entrenador de Boca, y Fabián Zermatten, mi actual ayudante de campo”, contó.
Haciendo un repaso generalizado y contando anécdotas, reparó en una situación del partido pasado contra Gimnasia de Mendoza en el Brigadier López: “El otro día cometí un error con la ventana de los cambios. Si faltando 10 minutos o después del gol, necesitábamos uno más, ya estaban hechos y le di algunos minutos más a Farioli. Soy muy jugadorista y eso te lo da la experiencia y a la vez te hace ganar el corazón de los jugadores, porque no es de la boca para afuera”.
Posteriormente, Rodo admitió que no le gusta estar en “los medios de comunicación” y que prácticamente está abocado a ser entrenador. “El técnico le tiene que dar espacio a los jugadores, porque así le das tiempo. Si al artista le das tiempo y espacio te pinta la cara. Y a menor capacidad individual, con más tiempo y espacio, hay chances de hacer algo diferente. Por eso nuestra tarea tiene varias lecturas”.
Luego, se metió de lleno en lo que es el mundo rojinegro. Sobre todo por el momento en que le tocó asumir: “Apenas llegué a Colón vi un vestuario golpeado. Por eso hay que hablar y escucharlos (a los jugadores). Ya hablé demasiado y ahora tienen que empezar a hacerlo ellos. Esto es como ir al psicólgo, sobre escuchar qué sienten y demás. Como la terapia, donde contás primero tu historia y la respuesta la termina encontrando el protagonista. Por eso los jugadores van tomando cada vez más confianza”.
Respecto a las presiones, argumentó: “No es que lo aprendí en una universidad o algo, sino que lo padecí como los futbolistas, somos personas que tienen los mismos problemas que el resto. Entonces todo suma. Sino tenés sano el corazón y una solidaridad verdadera de empatía, explota el sitema nervioso y la gente. Entonces todos sufren. Por eso hay que saber contener. Es un proceso y hay muchos en un plantel”.
En la última parte de la entrevista, el técnico le envió un mensaje a los hinchas: “Insisto con lo que dije el otro día, que estamos para ilusionarnos. De paso, quiero agradecerle a los hinchas por lo de los ultimos cinco minutos del partido pasado, que fue realmente conmovedor. El público quiso ser feliz y no le importó la razón. Nos ayudaron muchísimo. Fue muy difícil el partido y nos pesó mucho, por suerte fueron felices todos. La idea es que terminemos todos así al final. Estamos muy ilusionados”.
“Los jugadores están haciendo un esfuerzo enorme. La propuesta de concentrar dos días antes fue de ellos, no mia. De sumas las herramientas que sean necesarias. Los jugadores quieren más que nadie ascender. Estoy feliz de estar acá, pero sobre todo muy ilusionado”, finalizó.
Fuente: UNO Santa Fe