Colón empató con Talleres de Córdoba 1-1 en la ida de la serie de octavos de final de la Copa Conmebol Libertadores. Ramón Ábila, con asistencia de Luis Miguel Rodríguez, puso en ventaja al Sabalero con un cabezazo. Alan Franco, a diez minutos del final, puso cifras definitivas al partido en el Mario Alberto Kempes.

El primer tramo del partido fue tal como se lo esperaba en la previa, con ambos equipos peleando por la posesión de la pelota imprimiendo mucho rigor físico. Talleres se replegaba en su propio campo, defendía con mucha gente y Colón chocaba con el muro blanco y azul. Era común ver a un jugador rojinegro marcado por dos de la T, los de Julio César Falcioni necesitaban manejar la pelota con paciencia y atacar con criterio para buscar los espacios en la defensa del local.

Con apenas una aproximación de Ramón Ábila, producto de un error en el fondo del equipo cordobés, a Colón le costaba generar juego ofensivo. Talleres corría mucho, presionaba al jugador sabalero más cercano con uno, dos o más jugadores y recuperaba rápido la pelota. Los de Santa Fe estaban incómodos sobre el césped, hasta con cierta impotencia por no poder descifrar cómo atacar.

Los de Pedro Caixinha tenían la pelota, dominaban el juego en ese sentido, pero tampoco generaban ocasiones de gol y en defensa mostraban cierta confusión. De contra, Colón podía encontrar espacios para adelantarse en el marcador. Aunque el Sabalero no debía relajarse, tras una buena salida desde el fondo, Federico Girotti (que ingresó desde el banco por lesión de Michael Santos) remató desde afuera del área y, tras un desvío, la pelota dejó temblando el travesaño. Era un llamado de atención para los de Falcioni.

Facundo Farías y Wanchope Ábila estaban aislados del resto del equipo. Muy lejos de los mediocampistas y no recibían la pelota, por lo que bajaban hasta la mitad de la cancha. Justamente en el mediocampo no encontraban la salida para asistir a sus delanteros. Christian Bernardi se hizo cargo de la generación de juego pero no tenía socios. Juan Pablo Álvarez y Santiago Pierotti no lograban incidir en el juego, por lo que el juego ofensivo del Sabalero era casi nulo, todo por el trabajo que estaba haciendo Talleres.

Para la segunda mitad Falcioni ajustó en defensa y el partido se emparejó. El Rojinegro ya no sufría tanto en defensa, estaba más ordenado en su propio campo y las contras se hacían con criterio. Faltaba dar la estocada final. El desarrollo era tan parejo que el partido se tornó intermitente, abundaban las faltas y el árbitro ganó protagonismo. No había momentos de fútbol fuido, apenas ratos, a cuentagotas, por lo que la pelota parada tomó otro color. Tras una falta sobre Federico Lértora apenas pasada la mitad de la cancha, Colón encontraría la llave del gol.

Con una gran centro de Luis Miguel Rodríguez (ingreó por Farías), Ramón Ábila cabeceó en soledad dentro del área y acomodó la pelota contra un palo para poner el 1-0 del Sabalero en Córdoba. Wanchope, más allá de que suele fallar ocasiones de gol, también cumple y hace su trabajo. El tanto conformó al Sabalero que se replegó sobre su área y apostó a quemar el tiempo para llevarse el triunfo de Córdoba. Talleres, con más empuje que fútbol, fue en busca del empate y lo terminó consiguiendo.

Tras un buen avance y centro de Enzo Díaz por izquierda, Alan Franco, quien sabe de amargar a Colón luego de formar parte del equipo de Independiente del Valle campeón de la Copa Sudamericana 2019, metió un cabezazo en el segundo palo para dejar sin chances a Ignacio Chicco y decretar el 1-1. Los jugadores del Rojinegro no lo podían creer cómo la victoria se les escapaba a poco para el final.

Como en ocasiones anteriores, Colón pagó caro conformarse con una ventaja de apenas un gol con varios minutos por delante. Si bien el empate deja al Sabalero con cierta ventaja de cara a la vuelta, haberle permitido a la T reaccionar y llegar al empate le puede costar caro al equipo santafesino en sus aspiraciones por clasificar a cuartos de final de la Copa Libertadores.

Fuente: Aire de Santa Fe