En otro capítulo de este irregular Colón del Torneo de la Liga Profesional, Patronato fue el equipo con la voz cantante en los primeros minutos de partido. El Patrón, sin mostrar demasiadas variantes ofensivas, logró imponerse en el comienzo y jugar mano a mano con la defensa rojinegra. El mayor de los problemas, como ya se ha visto en encuentros pasados, no es la última línea sabalera. Es el equipo en su conjunto. Colón es capaz de lo mejor y de lo peor semana tras semana. Este lunes en Paraná, las cosas no estaban saliendo bien. Para confirmar los momentos que atravesaban los equipos en cancha, Patronato llegó al 1-0 gracias a la excelente visión de Sebastián Sosa Sánchez quien, aprovechando que los dos centrales lo habían ido a marcar, asistió a Gabriel Gudiño y el exjugador de Atlético de Rafaela definió en soledad, cruzado a la derecha de Leonardo Burián, para poner en ventaja a su conjunto.

El desafío era doble para los de Eduardo Domínguez luego del gol de Gudiño. No sólo tenían que revertir el 1-0 en el marcador, sino que debían reencontrarse con su mejor versión para poder lograrlo. Como le ocurrió en La Paternal u otras canchas, esa también sería otra tarea complicada. El local generó, intentó aumentar la ventaja ante un tímido equipo sabalero que no mostraba reacción alguna tras la apertura del marcador. Lo actitudinal era el aspecto que más preocupaba de lo que estaba mostrando Colón en Paraná. Para colmo, todo sería peor.

Tras una serie de carambolas y una pelota que se filtró en el área de Colón con algo de fortuna, Patronato llegó al 2-0 a través de un gol en contra de Facundo Garcés. El central sabalero intentó cortar un centro bajo que lanzó Gudiño para Junior Arias y terminó enviando la pelota al fondo de la red. Los de Domínguez se hundían aún más en la confusión generalizada que fue todo su partido. La mejores noticias para el Sabalero en este primer tiempo fue que el árbitro no expulsó a Eric Meza en el comienzo tras propinarle un codazo a Facundo Cobos, y cuando el juez marcó el final de los 45 minutos. En el vestuario, Eduardo Domínguez tendría mucho para ajustar, sobre todo, lo anímico de su equipo.

La charla del DT de Colón en el vestuario no habrá sido muy convincente. En la segunda parte, su equipo siguió ofreciendo espacios y nulas respuestas ante los ataques del equipo de Iván Delfino. La falta de Paolo Goltz en el fondo, quien le había aportado cierta solidez defensiva en los últimos partidos, se notó y mucho en un equipo rojinegro que padeció todo el partido la movilidad de la delantera del Patrón.

Daba la impresión que si Patronato aceleraba podía golear a Colón. El resultado del partido estaba en manos del equipo de Paraná. No había ningún indicador de que el Sabalero podía llegar a descontar ni mucho menos rescatar algún punto. Hasta el momento, desde el banco de los suplentes tampoco había un revulsivo que modifique el desarrollo del partido. Y fue así como el encuentro terminó a favor de los locales que no marcaron más goles porque ajustaron la definición, de haberlo querido, Patronato pudo sacado más goles de ventaja.

Lo más doloroso para Eduardo Domínguez de esta derrota no es solo no volver a Santa Fe con ningún punto, sino ver que su equipo sigue inmerso en la irregularidad que lo acompañó a lo largo del torneo. Además, ya no hace falta tener grandes actuaciones para doblegar al Sabalero. El peor rival de Colón es Colón.

Fuente: Aire de Santa Fe