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por
la redacción
A través de un relevamiento fotográfico donde se puede visualizar las zonas y el cambio de uso del suelo, los referentes ambientales Eduardo Beltrocco, Luis Martínez y Romina Sotelo advierten sobre desmontes nativos en Costa de Oro de Santo Tomé.
«Se realizó una inspección y relevamiento arbóreo en el ingreso a Costa de Oro, constatando graves alteraciones en el suelo y desmonte de unas 6 hectáreas de bosque nativo, las cuales integran un polígono destinado a su conservación, según lo establece la Ley 26.331/07 de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos», explica Eduardo Beltrocco en el trabajo. En ese sentido, se añade: «Esta misma ley designa los presupuestos mínimos de protección ambiental para el enriquecimiento, la restauración, conservación, aprovechamiento y manejo sostenible de los bosques nativos. En la categorización pertinente, estas parcelas pertenecen a la Categoría II (amarillo), es decir, sectores de alto o medio valor de conservación. Estas áreas no pueden desmontarse, pero podrán ser sometidas a aprovechamiento sostenible, turismo, recolección e investigación científica”.
«En la imagen, delineado en rojo, la zona establecida como Categoría II según Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos. El polígono negro son las 6 hectáreas que se desmontaron -y seguramente ya sean más-«, sostienen los referentes ambientales.
En sintonía con lo expuesto, Beltrocco, Martínez y Sotelo denuncian que «a todo lo planteado, la Municipalidad y quienes deben controlar dichas aberraciones hacen la vista gorda y oídos sordos, mientras se pierde biodiversidad valiosa, se afecta de manera negativa el escurrimiento y filtración del agua (en un sector pegado al Río Salado) y por supuesto, los habitantes cercanos o no al sector, perdemos valiosos servicios ecosistémicos».
Sobre el Área de Reserva Costera (ARC) en general…
«La Ordenanza municipal No 2844/11, señala en su artículo 1, que se incorporan dos nuevos distritos al Artículo 3o de la Ordenanza No 818/79. Uno de ellos corresponde, denominado Distrito Veinticuatro, es el Área de Reserva Costera (ARC): Área limitada al Sur por la Calle No 22 República de Chile; al Este por la ribera del Río Salado; al Oeste por la línea imaginaria paralela a la ribera del Río Salado, distanciado 50 metros en todo su desarrollo y extensión de Norte a Sur; al Norte el límite del distrito municipal con Empalme San Carlos», señalan. Asimismo, en «el Artículo 4 indica que se destina esta área para el trazado de caminos costeros de uso público, la construcción de paseos costeros de uso público, la conservación e incorporación de forestación autóctona, instalación de equipamiento comunitario de uso público, debiendo respetarse en toda situación lo dispuesto en el Decreto Provincial No 42/09 y/o las normas Provinciales y/o Municipales vigentes. Creemos que 50 metros son escasos para resguardar la vegetación colindante al Río Salado. Es necesario como mínimo una franja de 100 metros de distancia (situación que comprometería a ciertos barrios residenciales en la actualidad)», sostienen.
¿Es lo mismo bienes naturales/ambientales que recursos naturales?
«En el concepto recursos naturales, ya desde el lenguaje imprime una idea de apropiación, de uso, de dominación del hombre sobre la naturaleza basada en la acumulación por desposesión. Ejemplo, cuando lo natural se toma como un recurso el hombre acumula una riqueza y la naturaleza se ve desposeída de su biodiversidad», precisan, al tiempo que diferencian: «Nuestra ciudad viene con un proceso de urbanización en la zona Norte que modifican nuestros bienes ambientales, acumulan recursos en algunos desposeyendo de bienes a muchos, producen desigualdades, generan asimetrías socioeconómicas, pone en tensión a los decisores públicos, promueven nuevas legislaciones, algunas de ellas sin los consensos sociales».
¿Por qué pasa esto?
«Son varios los actores involucrados en este proceso -dice Beltrocco en su relevamiento fotográfico-. Por un lado, el poder económico que busca convertir zonas ambientalmente ricas en recursos para acrecentar la concentración de sus recursos económicos desposeyendo a la naturaleza de su biodiversidad, empobreciendo territorios y expulsando poblaciones».
«Por otro lado, el estado Municipal que desde hace un tiempo tiene una mirada reducida de la realidad que solo ve la cuestión tributaria en relación a los nuevos desarrollos inmobiliarios; no ponen en análisis lo que pierde la ciudad a cambio de una parcela más que tribute. No hay estructura política administrativa para solicitar y evaluar los estudios de impacto ambiental que cada uno de estos emprendimientos tiene que presentar. Existe una comisión interpretadora del plan director que en la práctica es obsoleta por que recibe las excepciones y las deriva con un muy básico informe al concejo municipal para que este decida», advierte el referente ambientalista.
Además, según los ambientalistas: «El Concejo Municipal desde hace años no logra avanzar en ordenanzas que sean la matriz de una ciudad que crezca con sustentabilidad social, económica y ambiental. Tenemos un plan director del año 1979 que constantemente se le hace modificaciones que lo hacen un reglamento más incumplible. Se modificaron artículos en relación al Factor de Ocupación del Suelo, distribución de plusvalía en ordenanzas del DUE. En definitiva, un concejo municipal que defiende los intereses colectivos con un escarbadientes frente a la motoniveladora del poder económico concentrado».
«El último actor social, por orden y parece ser por distribución de fuerzas, son las organizaciones sociales. Una vez más somos quienes nos expresamos al respecto, los que recabamos, registramos y publicamos. Los que nos reunimos con los decisores públicos que quieran escucharnos. Quizás cuando leas esta nota habrá menos hectáreas de bosque nativo. No más palabras, las fotos hablan por sí solas», subraya.
A partir de estos monitoreos de la zona, Beltrocco, Martínez y Sotelo concluyen que «lo visible son los montículos de basura, escombros y restos de poda que seguramente se acopian para rellenar y levantar el suelo; los residuos domiciliarios y patológicos arrojados en la costa que ponen en evidencia una falta de gestión integral de los residuos sólidos urbanos que comience con un servicio de recolección en todos los barrios. Lo no tan visible es que día a día perdemos parte de nuestra biodiversidad, perdemos el acceso a nuestros bienes ambientales, perdemos parte de nuestro patrimonio, perdimos 10 años desde la sanción de la ordenanza que nos brinda un área de reserva costera, hasta el momento, perdimos el trazado de caminos costeros de uso público, la construcción de paseos costeros de uso público, la conservación e incorporación de forestación autóctona, instalación de equipamiento comunitario de uso público».
«Con este relevamiento pretendemos dejar de perder, pretendemos socializar nuestros bienes naturales para que sean de todos, pretendemos que el poder político actúe, pretendemos que la ciudadanía conozca el territorio santotomesino en toda su extensión», resaltan.
A continuación, se deja el listado de aves registradas el sábado 12/10/2023 y un anexo con las fotografías «que evidencian el desmonte que no tiene freno, sumado a las 3 especies amenazadas que se registraron en el sitio», señalan los ambientalistas Beltrocco, Martínez y Sotelo
