Como en diciembre pasado, pero esta vez por imperio de la bajante extraordinaria del río Paraná, aparecieron restos de hormigón en el lecho del río Salado, frente a las costas de Santo Tomé.

La imagen repite las mismas postales. Igual que lo que ocurre con las protección sobre el Túnel Subfluvial, que quedaron al desnudo por la inusual bajante del río en nuestra región.

En la vecina ciudad aparecieron, en la zona de la costanera y muy cerca del Puente Carretero, varios segmentos de hormigón que asoman entre las aguas.

Si bien el río Salado no experimenta una bajante de la magnitud de su hermano mayor – hoy la marca es de 2,44 metros- la influencia del Paraná se hace sentir dada la escasa distancia de su desembocadura.

Fuente: LT9