Desde abril de 2023, Laura Bolzoni mantiene un conflicto con un vecino lindero al que denunció por acoso, hostigamiento y amenazas. Pese a la denuncia judicial, la causa tuvo un escaso avance, por lo que acusó públicamente la inacción de la Justicia en un contexto donde vive atemorizada. Bolzoni vive en el barrio Villa Luján de Santo Tomé desde hace 50 años, pero a comienzos del año pasado se destapó un conflicto con un vecino, quien había mantenido una disputa con su padre. Desde entonces, afirmó vivir un calvario.

“Este vecino llegó hace ocho o nueve años y ya había tenido un problema con mi papá. En abril de 2023, tuve que poner una denuncia y todo se convirtió en acoso, persecución y hostigamiento”, relató la mujer en febrero de este año. A cuatro meses de la denuncia, Bolzoni señaló que continúa “el atropellamiento de este sujeto” y el incumplimiento de las órdenes de distancia. Además, deslizó que, a causa del conflicto, entraron a robar a su vivienda y a la de su madre.

En una primera instancia, el juez de la causa derivó el expediente al fuero de lo penal. Sin embargo, a pesar de haber mantenido reuniones con representantes del Ministerio Público de la Acusación (MPA), el caso no prosperó. “No entiendo qué hay detrás de tanto encubrimiento”, sostuvo la mujer, quien reveló que el vecino es la cabeza de una Iglesia Adventista que funciona en el lugar: “Regentean una iglesia con dudosa actividad económica. La Justicia no hace la investigación necesaria para saber quiénes son estas personas, a qué se dedican, cuáles son sus medios de vida. Hay muchos movimientos nocturnos, donde entran y sacan cosas, con mucha gente rara en la puerta”, relató Bolzoni.

Fuente: Sin Mordaza