En su último partido como local en 2021, Colón le ganó 3-0 a Atlético Tucumán, por elTorneo de la Liga Profesional, y ya se prepara para afrontar el clásico santafesino ante Unión la próxima fecha. Además, llega con la moral elevada para la final contra River por el Trofeo de Campeones.

Con el retorno de varios de sus titulares, Colón jugó los primeros tramos del juego a un ritmo menos que el que suele imprimir en sus partidos como local. El Sabalero apostó por tener la pelota, intentar circular con rapidez y abrir espacios en la defensa de Atlético Tucumán.

Ante un Cementerio de los Elefantes colmado de público, en el que será el último partido como local del Rojinegro hasta 2022, el equipo de Eduardo Domínguez no lograba penetrar la muralla de jugadores que el Decano tenía plantada en su mitad del campo. Colón intentaba jugar por las bandas, pero luego no tenía gente por el centro cuando lanzaba un centro.

Como suele ocurrir en estos partidos, la pelota parada toma otra preponderancia y el Sabalero, con jugadores de buen pie y altura, suele sacar provecho. Tras un centro de córner, Gonzalo Piovi puso el 1-0 para Colón con un cabezazo. El central-lateral zurdo se desmarcó de gran manera y definió como un centrodelantero experimentado para darle una ventaja merecida a su equipo. El tanto cambió el partido.

Así como en ataque los de Domínguez muestran su mejor versión, son un equipo temible, sólido, que en cualquier momento puede llegar al gol, en defensa, especialmente en este torneo, las cosas son diferentes. Sin dar garantías, Atlético Tucumán se acercó al área de Leonardo Burián y llevó algo de peligro. Sin generar ocasiones claras, el Sabalero debería ajustar líneas para cerrar los caminos al visitante.

Para tranquilidad de Domínguez y compañía, el segundo gol no tardó en llegar. Tras un saque desde el fondo, Lucas Beltrán puso una gran pelota para Facundo Farías que luchó por la tenencia de la pelota con dos marcadores, sostuvo el balón en su poder y, a los tumbos, logró que le quede de frente al arco a Christian Bernardi, que venía lanzado desde atrás y definió con la cara interna del pie derecho para poner el 2-0 en el marcador.

El cordobés dejó sentado a Cristian Luchetti y sepultó el ánimo del Decano que parecía no tener argumentos suficientes para discutir el trámite del partido en el 0-0 y mucho menos los tendría con dos goles de diferencia en su contra. El partido estaba a merced del Rojinegro.

Facundo Farías, en su vuelta a la titularidad tras recuperarse de una dolencia, estuvo intratable y fue uno de los puntos altos del equipo del Barba Domínguez. Siendo el jugador más adelantado del equipo, el de barrio Los Hornos cumple con la cuota de entrega que necesita el equipo. Aguanta la pelota cuando hay que hacerlo, encara mano a mano a los defensores y, si lo dejan, es punzante. Si sostiene este nivel, a la joya sabalera no le queda mucho tiempo en Argentina.

Segundo tiempo:

Si bien el rendimiento de Colón era bueno, el nivel de este equipo de Atlético Tucumán también pesaba en el desarrollo del juego. El Decano, desde la salida de Ricardo Zielinski, no encuentra el rumbo, hace siete fechas que no gana en el campeonato y atraviesa un período de crisis que parece no tener fin. Salvo un momento de lucidez, el visitante no tenía manera de siquiera soñar con revertir el resultado parcial.

Todo lo bueno que hace Farías para generar ocasiones de gol es inversamente proporcional al porcentaje de goleo que tiene el joven delantero. A pocos metros del arco, sin arquero y en soledad, el atacante desperdició una ocasión clara por poner mal el pie. Al delantero le cayó la pelota desde el cielo tras un rebote y no pudo empujar el balón a la red para aumentar aún más la ventaja. Los hinchas no paraban de agarrarse la cabeza intentando comprender cómo no fue gol.

A pesar del yerro de Farías, el partido era un monólogo de Colón. Con el trámite muy a su favor, Eduardo Domínguez aprovechó para darle descanso a varios de sus titulares, cuidar piernas y evitar expulsiones para encarar el clásico santafesino y la final ante River de la mejor manera. Uno de los que ingresó al campo fue Alexis Castro, quien marcó el 3-0 con un cabezazo dentro del área, ante una tímida defensa del equipo tucumano. Cualquier número de goles se quedaba corto por la diferencia que había entre los equipos.

Con tranquilidad y solvencia, Colón se quedó con los tres puntos ante un rival muy flojo, pero al que sirve vencerlo para ganar confianza y encarar los últimos partidos del año con la moral elevada. En la próxima fecha, el Sabalero visitará a Unión en otra edición del clásico santafesino y luego se verá las caras con el otro campeón del fútbol argentino: River, por el Trofeo de Campeones. Como siempre lo buscó, el Rojinegro tendrá un fin de año cargado de emociones.

Fuente: Aire de Santa Fe