Un nuevo hecho de vandalismo sorprendió este domingo a los vecinos del pasaje Güemes, entre 7 de marzo y Almirante Brown —barrio Centro—, en la ciudad de Santo Tomé. Esta vez la magnitud de los daños alarmó a los vecinos quienes nunca imaginaron estos niveles de violencia contra sus propiedades. Los hechos ocurrieron en algún momento de la madrugada este domingo mientras los vecinos descansaban adentro de sus hogares. La noche fría y lluviosa colaboró con el grupo de vándalos que sin ningún motivo aparente prendió fuego el portero de una de las viviendas del pasaje, provocando un incendio que destruyó por completo el artefacto generando un daño irreversible. Mientras que en la vereda de en frente, por segunda vez en menos de un mes, los malvivientes apedrearon los vidrios de la puerta de entrada de una vivienda sin ningún tipo de explicación.

Estos actos no son hechos aislados, sino que forman parte de una secuencia de acontecimientos que tiene en vilo a los vecinos de la zona. “De un tiempo a esta parte ya no se puede vivir en la cortada. Hace meses que esto es tierra de nadie, nos sentimos indefensos”, afirman los vecinos. Es que semanas atrás se agarraron a los piedrazos y rompieron vidrios en la cortada y en comercios de la avenida y por estos días robaron reflectores domiciliarios y cestos de basura. Esta seguidilla de hechos tiene preocupados a los vecinos porque el nivel de ensañamiento es intimidatorio. “Nos sentimos amenazados”, señalaron. Por la gravedad de los hechos y ya cansados de no obtener ningún tipo de respuesta por parte de las autoridades, decidieron asentar la denuncia formal en la Comisaría N° 12 esperando alguna reacción por parte de las mismas.

De jueves a domingo

A estos hechos puntuales, hay que sumarles las situaciones que se repiten todos los fines de semana en la intersección de 7 de marzo y el pasaje en cuestión, donde se ubica el parador de ómnibus. Cuando llega la noche grupos de personas copan la cortada dejando como consecuencia veredas rotas, pintadas con aerosol en las fachadas de la casas, puertas y portones orinados, botellas rotas y todo tipo de basura desparramada.

“Entendemos que es una zona estratégica de la ciudad y no nos molesta que la gente se reúna aquí, pero estamos cansados de los actos de este tipo y de que cada vez que arreglamos los portones y pintamos las paredes, las vuelven a arruinar de inmediato. Nosotros aportamos todo de nuestra parte, pero no vemos la misma reacción de parte de las autoridades para controlar esto.”

Fuente: El Litoral.