La bajante del río trajo nuevas postales que no solo se reflejan en el paisaje, sino en la fauna de la zona: mucha de ella desapareció o murió producto de los bruscos cambios en su hábitat. Hace unas semanas se conoció el trabajo de rescatistas sobre el lecho de la laguna Setúbal para construir un canal de escape por el cual ayudaron a peces y tortugas de agua a recuperar el cauce del río. En esta oportunidad y tras conocerse el fin de semana que la laguna Juan de Garay, más conocida como laguna Bedetti, uno de los espacios predilectos por muchos santotomesinos para disfrutar del tiempo libre y recrearse, se quedó prácticamente seca; solo quedaron pequeños charcos del gran espejo de agua que forma un paisaje único en la zona, el mismo grupo decidió trasladarse hasta el lugar para ver qué se podía hacer.
En diálogo con UNO, Javier Maillo, guardavidas, rescatista independiente y colaborador de la mesa territorial ambiental, quien trabajó recatando tortugas de agua en el lugar, contó cómo surgió la idea y qué se pudo hacer. “Todo comenzó el lunes y surgió por la bajante histórica que estamos atravesando, pero también por la acción del hombre sobre el río, la isla y la naturaleza en general”, admitió Maillo. “Lo de la laguna Benetti, si bien soy de Santo Tomé, al no pasar seguido por el lugar, sentí que en los medios hablaban sobre la sequía del lugar y junto a dos voluntarias nos acercamos para poder ver si podíamos hacer algo. Nos pusimos en campaña y actuamos directamente en el lecho de la laguna, ya que al quedar seca se formó una costra de tierra cuarteada que al pisarla, más cerca del centro se nota más, tiene barro de más de un metro por debajo de la costra seca, por lo que se torna algo peligroso. Le recomendamos a la gente no hacerlo, porque es un verdadero peligro”.
El trabajo en el lugar no fue fácil: “Con mucho esfuerzo pudimos llegar a un pequeño charco que quedó de toda la inmensidad de la laguna, ya que a primera vista pensamos que no había ningún tipo de animal, porque en la orilla había una gran cantidad de caparazones de tortugas muertas, pero por suerte no era tarde. Ahí pudimos encontrar muchas tortugas, principalmente pequeñas crías, y pudimos recatar alrededor de 15. En tanto en la mañana de este mismo martes vamos a continuar trabajando en el lugar tras convocar a más voluntarios pertenecientes a la mesa territorial ambiental para poder rescatar a todos los animales que permanecen allí”. Para poder acceder a los animales, además del calor y lo difícil del terreno, Javier relató: “Todo el trabajo se debe realizar acostado, de panza y cuerpo a tierra. Es la única forma de poder trabajar”
Dónde liberarlas
Una vez retirada esta primera tanda de 15 tortugas de aguas, los rescatistas conversaron con distintos especialistas para ver cuál era el mejor ambiente para depositarlas. “Nos manifestaron que debíamos hacerlo en el cauce del río Salado, así que lo hicimos debajo de una de las cabeceras del Puente Carretero que pasa sobre el mencionado río”. En cuanto al rescate destacó: “Solamente encontramos tortugas, no había presencia de peces ni rastros de que haya habido, ya que es un ambiente poco propicio por las condiciones en las que se encuentra para que puedan vivir peces, no así las tortugas que pueden soportarlo”.
Fuente: UNO Santa Fe