Cualquiera que circule por el Puente Carretero habrá podido observar, en los últimos tiempos, la aparición de algunas construcciones de material en lo que se define como el valle aluvial o llanura de inundación del río Salado. Estas edificaciones, que distan de ser el típico rancho de madera, cartones y chapas, cuentan, entre otras “comodidades”, con cableado para la energía eléctrica y la posibilidad de incorporarles instalaciones para el agua.

La casa que muestra la presente imagen (todo indica que pertenece a pescadores), se encuentra a la altura del segundo arco del histórico enlace vial (yendo desde Santo Tomé a Santa Fe), del lado norte del mismo, en la orilla este de la zona del Vado. En la costa del lado santotomesino, al sur del primer arco, también puede apreciarse una construcción de características similares. ¿A quién corresponde evitar que esta clase de emprendimientos no pase a mayores, y lo que hoy forma parte de situaciones que podrían catalogarse como aisladas, no terminen generando un barrio entero construido en terrenos fiscales, es decir un asentamiento ilegal?

Fuente: El Litoral.