Apenas una ínfima parte de la actividad laboral no se ha puesto en marcha, o lo ha hecho en condiciones completamente diferentes a las experimentadas previo a la pandemia de coronavirus. Entre estas se encuentra el sector festivo, que abarca a los representantes de salones de fiesta y de catering, entre otros. A través de una conferencia de prensa, manifestaron la necesidad de que la provincia habilite puntualmente un aspecto: el baile, lo que consideran trascendental para que los eventos se realicen.
Alejandro Caveggia, del sector de salones de fiesta, señaló que “la gente no acepta una fiesta de 15 sin baile. Por eso hemos ido reprogramando a lo largo de todo el 2020 y ya en el 2021, todos los eventos. La apertura de los salones de fiesta no se puede dar con la ausencia del baile. Podemos respetar protocolos sanitarios, podemos controlar la cantidad de gente, podemos respetar los horarios dispuestos por la nación pero ya hemos intentado hablar con clientes ofreciéndole el formato bar, sin baile y la negativa es rotunda. La respuesta es ‘si ese es el formato, queremos el dinero’. En lugar de hacerse la fiesta legal, se va a realizar de manera clandestina”.
Andrés Gavilán, también del mismo rubro, explicó que “los protocolos presentados son los mismos que los de los bares. Lo único que nosotros presentamos es que la mesa dulce no se paren, que los mozos les lleven. Presentamos quince minutos de baile, nada más. De ahí en más, cuanto más nos dan, mejor. Puede ser baile con cruces en la pista, donde se hacen pequeñas burbujitas. Puede ser detrás de la silla y se ponen a bailar en el lugar. Pero no hay forma. Hoy el tema del baile es clandestino y la clandestinidad lleva al contagio”.
Rosa Sánchez, dueña de un salón, puntualizó en que “la cuestión del baile es una cuestión que está siendo evaluada a nivel mundial, pero también sabemos que culturalmente nuestra sociedad tiene este tipo de celebraciones. Es por eso que, entendemos el reclamo de nuestros clientes. Estamos acostumbrados a festejar de esa manera, con familiaridad y contacto“.
“Tenemos que agradecerles a nuestros clientes porque nos han bancado hasta las últimas consecuencias, pero todo tiene un límite: lamentablemente llegamos a ese límite. Nos encontramos con el problema económico. No solo el problema psicológico que le puede pasar a una quinceañera que hace dos años viene soñando con su cumpleaños de quince: lo único que podemos ofrecerle es un modelo bar y ni siquiera puede bailar el vals con su padre”, cerró Juan Carlos Chemes, propietario de un local.
Fuente: Telefe Santa Fe