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No descartan que la Laguna Bedetti pueda secarse en Santo Tomé

No descartan que la Laguna Bedetti pueda secarse en Santo Tomé

En Santo Tomé, la laguna Juan de Garay -casi todos los santotomesinos le siguen diciendo “Bedetti”- sigue perdiendo agua en un escenario de bajante en las cuencas de los ríos Salado y Paraná y un régimen de lluvias que todavía no se recupera. A las garzas, el agua no les llega a las plumas pero hay un dato todavía más exacto: el lunes 9 de noviembre, los investigadores del Instituto Nacional de Limnología (Inali), que estaban tomando muestras por la mortandad de peces, midieron apenas 30 centímetros en la parte más profunda de la laguna. En los últimos nueve días, la laguna continuó replegándose. Los vecinos lo saben porque se orientan con los restos de escombros y basura que están desparramados por esta área natural protegida, según la ley 13.585.

¿Se puede secar completamente? Los especialistas que hablaron con Aire Digital no lo descartan pero tampoco pueden confirmarlo. Pablo Collins (director del Inali), Ricardo Giacosa (investigador del Instituto Nacional del Agua) y Gustavo Ferreyra (especialista de la Secretaría de Recursos Hídricos de Santa Fe) coinciden en que es una posibilidad que va a depender de la evolución del río Salado -la laguna está al lado de su desembocadura- y también del río Coronda, que influye mucho en el agua de la laguna. Hoy el humedal está aislado de los dos ríos pero existe la posibilidad de que en parte se alimente a través del agua subterránea.

Para Giacosa, que ha estudiado la cuenca del Salado, la bajante es importante y comparable a las de los años 70. “Como dato anecdótico, recuerdo que el 26 de junio por el puente sobre la ruta 70, cerca de Recreo, el Salado pasaba con un caudal de apenas un metro cúbico por segundo y la superficie del río quedó como escarchada por el frío”, contó el investigador del INA. En ese mismo punto, en la crecida de abril de 2003 el caudal del río arañó los 4.000 metros cúbicos por segundo (3.950). “A principios de los 70 hubo bajantes muy importantes y también en la sequía de los años 2008 y 2009”, recordó Ferreyra. En este gráfico se pueden analizar las principales bajantes y crecidas del Salado.

Más allá de la posibilidad de que la laguna Bedetti se seque o no, lo que es una realidad es que por ahora es un área natural protegida sólo en los papeles. Hay una gran cantidad de basura en el humedal, sobre todo botellas rotas, viejos caños de hormigón y escombros. La calidad del agua es otra gran duda: a pesar de que hay una playa, hace años que la Municipalidad de Santo Tomé no la habilita como balneario (sí como solarium).

Fuente: Aire de Santa Fe

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