Desde hace algunas semanas los santafesinos notan la presencia de mosquitos en distintos barrios de la ciudad. Para aclarar la situación, LT10 dialogó con Mariana Maglianese, licenciada en Saneamiento Ambiental, magíster en Zoonosis y especialista en mosquitos, quien diferenció entre el mosquito “molesto” y el Aedes aegypti, transmisor del dengue.
“Yo me animaría a decir que tenemos mala memoria, pero además no podemos relacionarla con los efectos que estamos teniendo ambientales. El entorno nuestro ambiental, hemos perdido nuestra conexión con la cuestión natural”, señaló. Maglianese explicó que el ciclo de vida del mosquito “se desarrolla en el agua. Tanto el huevo queda en las cercanías del agua, después la larva y la pupa necesitan agua. Como un pececito, sin agua no prosperan”. En ese sentido, recordó que las lluvias recientes generaron condiciones favorables para su reproducción.
Consultada sobre la diferencia con el Aedes aegypti, aclaró: “Ahora, no es el mosquito del shifty (Aedes aegypti). Este es el mosquito que generalmente le decimos mosquito molesto. El que apaga la luz lo mismo suma, el que es un poquito más grande que el otro, el que pica un poquito más fuerte que el otro y el que no transmite enfermedades de interés sanitario”. Respecto de la responsabilidad ciudadana, remarcó: “Nuestra responsabilidad como vecinos es mantener las acciones de prevención como siempre: revisar la casa y descacharrar”.
La especialista insistió en que la fumigación no es preventiva: “La única circunstancia que justifica la fumigación es para matar mosquitos que estén dando vuelta infestados, dentro de un operativo de bloqueo de casos. La fumigación no mata el huevo, ni la larva, ni la pupa. Y además, mata especies benéficas como abejas, mariquitas o aguaciles”.
Maglianese subrayó que la clave está en el saneamiento básico: “Si vos no tenés agua, vos controlás la población del mosquito. El mosquito es comunitario, y nosotros somos individualistas. Tenemos que pensar en manzanas saludables y no solo en patios saludables. Mi vecino no es mi enemigo, es mi aliado”. Finalmente, dejó un mensaje claro: “Cepillemos los bordes de los recipientes, dejemos todo dado vuelta, tapemos bien lo que tenga que tener agua. Y si viajamos, llevemos repelente bajo el brazo. No nos traigamos de souvenir la enfermedad que puede comprometer la salud de nuestras familias y de todo el barrio”.
Fuente: LT10