Por su aporte nutricional, la golosina vegana para niños no competirá en el mercado con productos rotulados como complementos alimenticios. Cada paquete de gominolas pesará 120 gramos, lo que equivale a unas 30 gomitas y el 25% de los requerimientos nutricionales diarios, aportando 7 gramos de proteína de aislado de arvejas, 14 vitaminas, 14 minerales, probióticos, prebióticos, omega 3 y 6, explicó Cristaldo a Aire Digital. La golosina se presentará con sabores frutilla y naranja. En pocos meses, los ositos veganos masticables estarán listos para la venta.
La complejidad de la nutrición infantil
El caramelo sin ingredientes de origen animal pretende, como dijo el fundador de Sweet Power, aportar a la solución de la desnutrición infantil. Según el informe de Nación sobre la pobreza infantil, en 2020 eran más de 110.000 los niños con desnutrición, mientras que otros 260.700 tienen sobrepeso y 170.000, problemas de obesidad. Virginia Yódice, presidente del Colegio de Graduados en Nutrición de Santa Fe, evaluó como positivo el aporte que la golosina vegana santafesina haría a la nutrición de niños de entre 2 y 12 años. “Desarrollar alimentos funcionales que combatan carencias nutricionales siempre es bueno”, explicó. Sin embargo, aclaró que “es en la pobreza donde conviven carencias nutricionales con obesidad”, por lo que “vehiculizar un refuerzo a través de caramelos puede ser contradictorio”. Para la nutricionista santafesina, “el combate al hambre, a la carencia, debe armarse de varias cosas: maternar, paternar, cocinar, hablar en una mesa, soberanía alimentaria, una familia comiendo juntos, dinero para comprar alimentos, saber cocinar…”, ejemplificó. “Un producto puede ser excelente con algunos fines nutricionales puntuales, pero solucionar problemáticas complejas requiere un espectro mucho más amplio que mirar solo nutrientes y calorías”.
Fuente: Aire de Santa Fe