Es la madrugada del miércoles. Todo parece tranquilo hasta que suena el radiocomunicador en el SAMCO de San Agustín. Desde el 911, explican que hubo un accidente en el la Ruta 19 a la altura del kilómetro 14. La urgencia llama y hay que llegar al lugar lo antes posible. La ambulancia ya está lista, está todo preparado y en ella, salen dos mujeres a bordo a tratar de salvar una vida. Liliana Castillo (45) y Carla Suarez (44) son compañeras dentro de la agrupación de bomberos hace 7 años. Desde ese día comparten este vehículo, este trabajo y la hermosa pasión por lo que hacen. Las dos, en ambulancia tienen el trabajo de ayudar a las personas que lo necesitan. Al fin y al cabo hacer más fácil lo que es difícil es una de las cualidades más hermosas que tiene la vida.

Acomodan algo de instrumental en la ambulancia, prenden la sirena, se fijan si hay nafta y tras corroborar el lugar del accidente, salen para el kilómetro 14 de la 19 donde un automóvil se encuentra en la banquina con una persona atrapada dentro.  “Hace siete años que trabajamos juntas. Somos las responsables de trasladar personas en la ambulancia acá en San Agustín. No me imagino trabajando de otra cosa. Trabajamos 24 horas todos los días y sólo descansamos los fines de semana. Hay médicos sólo a la mañana y después quedamos nosotras de guardia”, explica Liliana Castillo.

Antes de estar en la ambulancia es importante destacar que las dos son mujeres bombero. “Es un trabajo raro. Es gratificante teniendo en cuenta la posibilidad de salvar vidas o ayudar a la gente pero, por otro lado también es muy complicado por momentos. Los accidentes son duros. Más si hay chicos. Las dos somos madres y en algunas situaciones te tiemblan las piernas. Si hay criaturas, hay que sacar fuerzas de cualquier lado para poder cumplir con el trabajo. Son momentos duros pero que forman parte de esta profesión. Eso no está en los libros. Hay que hacerse fuerte en el lugar”, explica la trabajadora.   “El día que no tengamos pasión y adrenalina por lo que hacemos las dos coincidimos en que nos vamos a dedicar a otra cosa. Este es un trabajo en el que hay que dejar todo”, dice Castillo. Y en eso andan, salvando vidas y ayudando a la localidad de San Agustín que las vio nacer y crecer.

Liliana y Carla son un ejemplo de compromiso y trabajo. Combinan charlas, mates con urgencias y tragedias. Lo dulce y lo amargo hacen de su trabajo una labor tan interesante como imprescindible.

Fuente: LT10