Fueron muchos años de sufrimiento que incluyó dos finales perdidas en 1989 frente a Unión y en 1993 ante Banfield, pero la recompensa llegó y un 29 de julio de 1995 el pueblo sabalero festejó la vuelta a la máxima categoría del fútbol argentino.Los sinsabores le dieron paso a las alegrías que luego se multiplicarían con varios triunfos ante su clásico rival, un subcampeonato y la participación en las copas internacionales. Pero volviendo a ese 29 de julio, con un Brigadier López que explotaba, el elenco rojinegro selló el ascenso con mucha convicción y siendo muy superior a San Martín de Tucumán, dado que le ganó los dos partidos no dejando dudas respecto a la legitimidad del logro.
Ese equipo era una mezcla entre juventud y experiencia que tenía a un goleador tremendo como el Pampa Miguel Ángel Gambier, que tenía de socio al paraguayo Gabriel González que protagonizó una temporada muy buena. Y además lo acompañaban Pedro Uliambre y dos de las canteras como el Chupete Adrián Marini y el Tuca Mauricio Risso. Pero que en el medio contaba con futbolistas de trayectoria como Javier López y Ricardo Kuzemka, al que se sumaba Maximiliano Cuberas. y en defensa contaba con futbolistas jóvenes de enorme proyección como por ejemplo Hugo Ibarra y Horacio Ameli. Y un arquero de poca experiencia como Leonardo Díaz que en base a sus buenos rendimientos le ganó el puesto a Jorge Vivaldo.
En el partido de ida jugado en la Ciudadela tucumana, el Rojinegro se impuso por 1 a 0 con un golazo de Marini como para comenzar a soñar despierto con que la vuelta a Primera estaba cerca como nunca antes había sucedido. Y el sábado 29 de julio selló la historia con un contundente 3 a 1, con dos tantos del Pampa Gambier y el restante lo convirtió el chaqueño Uliambre. Así las cosas, Colón gritó bien fuerte y a partir de allí se consolidó en Primera División y comenzó recorrer el camino más importante de su historia.
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