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Habló Mariana Olivera, la santotomesina atropellada en la costanera de Santa Fe

Habló Mariana Olivera, la santotomesina atropellada en la costanera de Santa Fe

Transcurrieron cuatro años del accidente que cambió la vida de Mariana Olivera (45) para siempre. La ciclista tenía 41 años cuando un domingo a la mañana temprano -16 de diciembre del 2018 – fue atropellada y abandonada en la costanera de Santa Fe por el empresario Raúl Muchiutti (56). Por la gravedad de las lesiones, Mariana fue intervenida quirúrgicamente de la columna y, en la actualidad, se moviliza en silla de ruedas. La mujer que pudo reinventarse, pide ciudades más accesibles.

Mariana Olivera (45) amaba andar en bicicleta y era el medio de movilidad que utilizaba para ir hasta una inmobiliaria de la ciudad de Santa Fe donde trabajaba. Un domingo a la mañana, cuando transitaba reglamentariamente por la bicisenda en la costanera oeste fue atropellada por Raúl Muchiutti (56), el dueño del bar Stroker, quien conducía alcoholizado una camioneta Ford Ranger. El hombre esperó la llegada de la ambulancia, se fugó del lugar del accidente y se presentó en la comisaría varias horas después.

Aquel día la vida de Mariana cambió para siempre. Fue operada de su columna en Rosario, le colocaron clavos y estuvo internada en rehabilitación. Le diagnosticaron que no iba a poder volver a caminar debido a la afectación de la médula. “Cuando fui a Rosario me fui pensando que iba a volver caminando. Estuve tres meses. En ese período conocí a Pato Gómez. El psiquiatra que me atendió me dijo ‘así como estás ahora vas a poder hacer todo’ y eso nunca me voy a olvidar. Yo en mi casa hago todo”, dijo Mariana en una entrevista exclusiva en Dale Tomá Aire! por AIRE.

Mariana Olivera vive junto a su esposo Damián Picallo y Martina, su hija de 18 años, en una casa en la ciudad de Santo Tomé. Martina estudia música, le gusta cantar y tocar la guitarra. “Ella es hermosa, mi hija es mi motor. Todo lo que hace es hermoso. Rescato de esto que puedo estar con ella y acompañarla en todo”, expresó Mariana entre lágrimas de pura emoción y recordó que cuando Martina cumplió 15 … ella no pudo estar.

La cabeza de la protagonista de esta historia va y viene entre pensamientos de resiliencia y superación. “Lo mío es un día a día, desperté en otro cuerpo, yo era una persona distinta, después fui otra persona. Tuve que acomodarme a la vida nueva. Era demasiado activa, mucho me cambió la vida pero por algo no me fui. Las personas que están alrededor en las malas son las que te tienen que durar toda la vida”, expresó. Entre esas están – además de su hija y su madre Marina – su esposo que la lleva a todos lados.

Mariana vive a media cuadra de la costanera de Santo Tomé y – si bien se ocupa absolutamente de todo en su casa – las dificultades las encuentra cuando sale a la calle. “Es difícil movilizarse en una ciudad que no está adaptada. Vivo a media cuadra de la costanera de Santo Tomé, donde no hay rampas. La casa que compré la acomodé para que yo me pueda manejar sola. Todo es muy difícil cuando no tenés ayuda de la parte estatal. Estoy esperando que coloquen un cartel para que la gente no estacione en la puerta de mi casa porque necesito espacio para subir al auto”, indicó la entrevistada quien señaló que cuando estaban poniendo en valor la Laguna Bedetti en Santo Tomé, le solicitó a la intendenta Daniela Cuesta, mejorar la accesibilidad. No sólo para las personas que se movilizan en silla de ruedas sino para quienes utilizan bastones y acarrean cochecitos.

La entrevistada reconoce que en algunos lugares la adaptabilidad fue evolucionando. Celebra que en avenida Alem de Santa Fe hayan dispuesto una senda. También destacó la disposición urbana de Rosario, donde estuvo internada tres meses, y pudo movilizarse con mayor facilidad, ya que hay rampas en todas las esquinas. Raúl Muchiutti (56) el responsable de atropellar y abandonar a Mariana e indirectamente de que su vida cambie para siempre, acordó – en un juicio abreviado – una sentencia de dos años de prisión en suspenso y cuatro años de inhabilitación para conducir. “A la persona que me atropelló la tengo bloqueada, es como que no existe para mí, quizás más adelante se lleve algo de mí … por ahora no”, concluyó Mariana Olivera.

Fuente: Aire de Santa Fe

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