Colón retomó este lunes por la tarde los entrenamientos en el predio Ciudad Fútbol después del cimbronazo que significó perder un partido increíble ante Huracán por 3-2. Más que nada, porque tenía todo en su favor: ganaba 2-0 y jugaba con uno más desde los 5′ del complemento por la expulsión de Carlos Auzqui. A partir de allí, lejos de controlar las acciones, al Sabalero todo se le fue de las manos y fue pasado por encima literalmente por su rival.

“Es inexplicable lo que nos pasó después de hacer un buen primer tiempo y siendo eficaces. Después empezó el segundo tiempo y ellos se quedan con un jugador menos. Ahí creo que comenzó la debacle: nos metimos atrás, dejamos de jugar y hacer circular la pelota. Huracán nos metió en un arco, pero creo que nosotros fuimos partícipes en dejarlos crecer y no poder alcanzar la primera victoria como visitante en este campeonato, además de mantener la senda victoriosa”, reconoció el volante Marcelo Estigarribia en el programa La Oral Deportiva que se emite por AM 630 en Buenos Aires y que en santa Fe se escucha por la 96.7 La Radio del Fútbol.

Pero el análisis del paraguayo no quedó solo ahí: “Teníamos todo para ganar y por eso tenemos una sensación muy fea. Nos pasó lo mismo en la Copa Argentina, donde le íbamos ganando a San Lorenzo 2-0, nos empataron y terminamos perdiendo en los penales. Es para analizar y que nos sirva como experiencia”. El dato quizás más fuerte que dejó la caída en el Tomás Adolfo Ducó fue el exabrupto del entrenador, Eduardo Domínguez, que le dijo “cagones” a los jugadores. Sin embargo, el zurdo reconoció no estar al tanto de eso: “Luego del partido no me puse a mirar. Traté de aislarme de todo y estar con la familia. Si pasó algo, me enteraré en las próximas horas”.

“El vestuario estaba triste y dolorido, porque sabíamos que lo habíamos perdido nosotros por falta de actitud. No jugamos bien. Es todo nuestro. Ganando 2-0 y con un jugador de más demandaba que nos hiciéramos más fuertes de atrás para adelante y no lo hicimos. Veremos cómo nos va ahora. Lo bueno en este caso es que aún tenemos un margen para mejorar y tampoco nos tenemos que volver locos por lo que pasó y estar más vivos que nunca. Sabemos que en el fútbol las cosas lindas pasan rápido y las feas hay que pasarlas de la misma manera”, argumentó con una tremenda honestidad.

Justamente esta palabra es una de las recurrentes en este deporte. Incluso el fundamento que se escucha de los jugadores es que “la actitud no se negocia”. En esta ocasión surgió la excepción: “Hay diferencias entre ser cagones y no tener actitud. Creo que este plantel demostró que es fuerte y que entiende cuando se juega bien y mal. En esta ocasión, hicimos mal las cosas en el segundo tiempo y estamos en deuda, porque la actitud no fue la adecuada. Por eso pienso que son dos palabras muy diferentes. Quizás fue un momento de calentura que le pasa a todos. Esto es fútbol. En frío el análisis es otro. Somos un equipo, una familia y siempre tendremos contrapiés, pero conversando se soluciona todo. La única forma de salir a flote es trabajando todos juntos”.

En el final dejó una reflexión: “Todos cometemos errores. La vida es así. Uno trata de alcanzar siempre la percepción, pero también ser autocrítico cuando las cosas salen mal. Somos 28 jugadores, más cuerpo técnico, utileros y demás. Todos cometemos errores y por eso lo correcto siempre es darse cuenta de los mismos. Esperemos que todo vuelva a la normalidad”.

Fuente: UNO Santa Fe.