Mientras se resuelven los detalles logísticos finales, que tienen que ver con la llegada física del entrenador Gustavo Munúa a Santa Fe para poder firmar su contrato de renovación con Unión de cara a la temporada 2023, la entidad de la Avenida López y Planes avanza con dos negociaciones que fueron habladas en su momento con el coach rojiblanco: se trata del golero Sebastián Moyano y del polifuncional defensor Claudio Corvalán. Los dos, que siguen en Santa Fe porque sus hijos deben completar la temporada escolar, tienen la mejor predisposición para poder continuar, pero habrá que ir afinando el lápiz. Porque más allá del número (que el club debe mejorar) está la extensión en el almanaque del nuevo vínculo.

En este proyecto deportivo que desea continuar la dirigencia del Club Atlético Unión, con muchos futbolistas canteranos que crecieron y sumaron rodaje en este 2022, los jugadores de experiencia para guiar y acompañar son determinantes. Es por eso que los llamados “faros” de referencia pasan a ser muy importantes en el Mundo Unión, tanto desde el arco con Sebastián Moyano como con un Claudio “Mugre” Corvalán que fue capaz de jugar en varias posiciones distintas y con distintos sistemas tácticos en la temporada que terminó.

Más allá del muy buen momento de Santiago Mele, arquero revelación en el fútbol argentino bajo los caños tatengues, la realidad indica que Sebastián Moyano es un recambio de jerarquía, resuelve con nivel la suplencia y es muy querido por todos los jugadores del plantel profesional. “Es un gran ser humano y un tipo muy positivo en todo sentido”, explican. Si bien en algún momento se deslizó algún cambio de aire para poder tener más minutos y rodaje, la realidad es que la titularidad no la asegura ningún DT en ningún club del mundo. Además, el detalle personal: su familia está muy contenta y feliz en Santa Fe. En principio, la idea sería renovar por un año más con chances de salida a favor del golero “si es que le surge algo mejor”.

En cuanto al “Mugre” Claudio Corvalán, no son pocos los que indican que “tiene que quedarse a vivir en el club” una vez que decida colgar los botines. Por lo pronto, el ex Arsenal tiene nafta para seguir jugando en buen nivel en la alta competencia. La idea original era firmarlo por un año más pero la representación del futbolista habría exigido dos años de contrato para estampar la firma. Es lo que se está negociando, de un lado y del otro.

Las bajas de Ema Brítez (primero) más las no renovaciones de Diego Polenta y del “Negro” Álvez lo dejan un poco huérfano al plantel en el famoso rubro de “experiencia y voz de mando”. Por eso será clave que la dirigencia del Tate pueda renovar con los dos, con Sebastián Moyano y con Claudio Corvalán pensando en este 2023 que asoma con nuevo formato deportivo en la Argentina.

Fuente: El Litoral