En términos porcentuales lo expuso con toda claridad, la semana pasada el titular del a Empresa Provincial de la Energía, Mauricio Caussi, a los diputados provinciales opositores que le requirieron más información sobre el impacto en Santa Fe de la quita de subsidios dispuesta por el gobierno nacional para el precio mayorista de la energía.

En el caso de la EPE, “el 35,6% están comprendidos en el nivel 1, por ser de altos ingresos o no haberse anotado en el RASE” explicó el funcionario en la Legislatura. Una fuente de la EPE explicó esta semana a El Litoral que esa proporción implica en números finales que hay unos 413 mil hogares que van a perder los aportes del Estado Nacional a sus consumos de energía eléctrica porque reúnen las condiciones económicas propias del estrato social más alto (por sus ingresos o bienes patrimoniales) o porque “sencillamente” no se anotaron.

El panorama santafesino es algo mejor que el de Córdoba. El ente regulador de los servicios públicos de esa provincia (que sí lo tiene para la Epec) advirtió que son más los cordobeses que no se anotaron: unos 500 mil usuarios residenciales del servicio eléctrico no se han inscripto aún y el tema genera controversias entre la autoridad regulatoria y al compañía estatal del Estado mediterráneo porque se teme una ola de aumentos que sorprenda, justo en meses con más consumo, a los hogares.

En la provincia de Buenos Aires los cifras son mucho más impactantes: hay no menos de 3 millones sin inscribirse. Y la cifra del llamado primer estado argentino vale tanto para el servicio eléctrico como el del gas natural. A nivel nacional, el calendario muestra que con las próximas facturas de los servicios de energía habrá, como mínimo, unos cuatro millones de hogares de las jurisdicciones más pobladas (la cifra no cuenta los casos de la capital federal) que en etapas irán perdiendo la ayuda estatal nacional para sus kilovatios y metros cúbicos de gas consumidos en su valor mayorista.

Ahora, en la EPE santafesina para esos 413 mil no inscriptos habrá un impacto del 20% en el precio del kw que coincidirá con subas en sus consumos. Para ese 35,6% de los clientes residenciales de la empresa el impacto será seguramente mayor, según avancen los meses.

El Registro de Acceso a los Subsidios de Energía fue anunciado, publicitado, criticado, debatido y abundaron las noticias al respecto en los medios de comunicación al respecto, pero el fenómeno de la desinformación o la desconfianza pueden explicar -en parte- que muchos no se hayan inscripto. En cualquier caso, es probable que lo que no pudo lograr la información lo hagan las nuevas tarifas. El RASE no se ha cerrado y no es casualidad que se desconozca cuántos son los usuarios residenciales rechazados por las autoridades nacionales para continuar con subsidios, si es que los hubo en esta primera instancia.

Insostenible: se paga un tercio del costo por cada megavatio

La segmentación tarifaria que aplica el gobierno nacional para disminuir los subsidios estatales a los consumos energéticos de los argentinos muestran datos alarmantes, que tornan insostenible al sistema de ayudas con recursos de la Casa Rosada.

Hoy el dato es que generar un megavatio (MW) cuesta 71 dólares en el país, a las empresas generadoras. Y que los usuarios finalmente pagan menos de un tercio de esa cantidad. A la parte del león la pone el Estado nacional. Y es esa proporción la que se busca morigerar.

Llevados esos valores a pesos, siempre con el dólar oficial como referencia, generar un megavatio en promedio cuesta 13 mil pesos. Pero las empresas distribuidoras (como la Epe santafesina) apenas cubren unos 4 mil pesos

Fuente: El Litoral