Los recientes ataques de perros potencialmente peligrosos ocurridos en el área metropolitana de Santa Fe encendieron las alarmas entre vecinos, autoridades y especialistas. Solo en marzo y sólo en el hospital José María Cullen fueron atendidas 25 personas heridas por mordeduras de perros; mientras que en abril fueron 14; en mayo, 9; y recientemente en junio fueron 11, según las estadísticas suministradas por la Dirección, tras el pedido de El Litoral. Todo esto sin contar los casos que llegan y son atendidos en el Hospital Iturraspe o en centros de salud barriales y privados. Los casos graves multiplicaron la preocupación.
En el Cullen construyeron las cifras mediante el entrecruzamiento de datos de la Guardia. Así lo explicó su director, Bruno Moroni, quien dio esa indicación a los equipos de trabajo y evalúa ahora la situación sobre el tema. “Las lesiones importantes, como ocurrió recientemente en el caso de dos mujeres en Santo Tomé, no son frecuentes, pero las atenciones en la Guardia del hospital por mordeduras de perros en general, sí”, dijo el médico, y lo refrendó con las estadísticas antes mencionadas. También dijo Moroni que comparativamente con años anteriores “las cifras no se modificaron significativamente”. Es decir que pese a la existencia de un registro de perros potencialmente peligrosos en las ciudades del área metropolitana santafesina y los controles, la cantidad de pacientes atendidos en el Cullen por mordeduras de perros se sostiene en el tiempo.
Ataques
El hecho más dramático ocurrió a fines de junio, cuando dos mujeres fueron ferozmente atacadas por un perro pitbull en la ciudad de Santo Tomé. Una de ellas, de 56 años, debió ser amputada del brazo derecho. La víctima se encontraba internada en Terapia Intensiva del hospital Cullen, con asistencia respiratoria y pronóstico reservado. Su hermana menor, de 44 años, también resultó gravemente herida durante el mismo episodio y fue sometida a una cirugía reconstructiva por mordeduras en el rostro y el brazo. Ambas fueron atacadas dentro de su vivienda en calle Hipólito Yrigoyen al 2600, de Santo Tomé.
Este caso tiene un antecedente fatal ocurrido en marzo pasado en la misma ciudad. Una mujer de 40 años, fue atacada por tres perros pitbull dentro de su vivienda del barrio El Chaparral. La mujer fue encontrada gravemente herida y falleció horas después en el Cullen. La seguidilla no para. Otra nueva y preocupante situación con un perro potencialmente peligroso tuvo lugar el miércoles de la semana pasada en San José del Rincón, cuando una mujer que se encontraba trotando por la banquina de la Ruta Provincial N° 1 fue ferozmente atacada por un pitbull que la mordió en varias partes del cuerpo. La víctima terminó recibiendo atención médica y curaciones en el centro de salud de la costa.
Potencialmente peligrosos
“La agresión es un comportamiento propio de todos los animales. En particular, en el caso de los perros, mediante la agresión se jerarquizan, se reproducen, cazan o protegen recursos como su cama, su comida, su juguete, su territorio o su familia. Todo eso también depende de la crianza y del ambiente, que pueden potenciar o disminuir la posibilidad de que un perro agreda”, dice el médico veterinario Omar Robotti (MP 1309), presidente de la Asociación de Etología Clínica Veterinaria Argentina, entrevistado la semana pasada por El Litoral.
Para el experto, afirmar que ciertas razas son peligrosas por naturaleza “es una simplificación errónea. No es una cuestión de raza la valoración de la peligrosidad. Cualquier perro tiene la capacidad de agredir y causar daño a una persona u otro animal”, advierte. “Por más que al perro no se lo entrene para estas funciones, sus instintos, temperamento y carácter pueden llevarlo a responder agresivamente”.
Fuente: El Litoral