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El Presupuesto Participativo de Santo Tomé, un caso ejemplo

El Presupuesto Participativo de Santo Tomé, un caso ejemplo

Las experiencias de Presupuesto Participativo (PP) desarrolladas en dos ciudades intermedias de la provincia de Santa Fe, una de ellas ubicada a pocos kilómetros de la ciudad capital homónima, Santo Tomé; la otra localizada al sur, a poco más de 100 km de la ciudad de Rosario. Por su envergadura en el contexto provincial y por la cercanía con las dos ciudades centrales por su peso económico, histórico y político, Rosario y Santa Fe, se trata de experiencias innovadoras en ciudades de su tamaño – municipios de segunda categoría.

La Ley Orgánica de Municipalidades (Nro. 2.756) de la provincia de Santa Fe establece en su artículo 1º que es ciudad aquella localidad de más de 10 mil habitantes; siendo de primera categoría las que superan los 200 mil y de segunda las de entre 10 mil y 199 mil habitantes. Por tanto, las ciudades de Santo Tomé y Firmat —casos a los que nos abocaremos en este artículo— son urbes de segunda categoría. El primero es un municipio de mediana escala en términos globales (60 mil habitantes aproximadamente) mientras que, el segundo se presenta como de pequeña escala (20 mil habitantes). No obstante, por las característica de inframunicipalismo de la provincia de Santa Fe, se trata de localidades de peso en sus territorios y respectivas regiones. En lo que respecta al PP, dentro de la provincia, el caso de Rosario es reconocido por su trayectoria y por ser la primera experiencia en el país.[5] Fue seguido por la ciudad de Rafaela, en tanto que en las cinco ciudades nodo se desarrolla desde hace ya varios años. Más recientes son los avances de experimentalismo democrático en ciudades de menor tamaño, como Cañada de Gómez (2011), Santo Tomé (2012), San Lorenzo (2013) y Firmat (2013).

El caso Santo Tomé

La ciudad de Santo Tomé inicia en 2008 un proceso de regionalización que agrupa los barrios de la ciudad, como se dijo, en seis regiones. En la Ordenanza 2662/08 que le da origen, se proclama como objetivo agilizar y dotar de mayor coherencia y eficiencia a las políticas públicas del municipio, trabajando de manera integrada entre las distintas secretarías y posibilitando un mayor compromiso ciudadano. Según declaraciones del coordinador de Desarrollo Territorial, para la delimitación de las regiones se tuvieron en cuenta, además de los límites producidos por el proceso de urbanización (rutas, avenidas, vías férreas, calles troncales, etc.), la presencia del Estado municipal en cada una de ellas, ya sea a partir de un centro de salud, centro comunitario, bibliotecas, etc., para garantizar una mejor articulación en el territorio de los distintos programas de gobierno.

Dicha regionalización, sin embargo, no tiene actualmente injerencia directa con el programa de PP. Este, iniciado dos años después (aunque su ordenanza data de 2008), se realiza con una frecuencia anual, de a una circunscripción vecinal a la vez. Es decir, se trata de un tipo de participación absolutamente emplazada, limitada a un solo barrio de la ciudad por año, con excepción de 2012. Por tanto, se han llevado adelante cinco experiencias barriales de PP, en San Martín (2010), Adelina Este (2011), Loyola (2012), Villa Luján (2012) y Las Vegas (2013). El proceso de PP no ha tenido ningún tipo de asistencia técnica externa y el equipo actualmente está constituido sólo por dos personas. Al aplicarse por circunscripciones vecinales y de una a la vez, se reduce el margen posible de participación. En el período 2010-2014 han participado un total de 1212 personas, en una proporción de 698 mujeres (58%) y 514 hombres (42%) y con la franja etaria de 40 a 60 años como la más representada. Por su parte, sólo 21% ha participado en más de una instancia u oportunidad. Durante la instancia deliberativa —asambleas— en promedio no se superan las 30 personas por vez, mientras unas 200 personas participan durante la instancia decisoria —votación—.

El proceso se divide en una serie de pasos poco institucionalizados, dado que no se cuenta con una reglamentación interna que lo regule. La elección del barrio que será eje de la política es potestad del intendente. Luego se convoca a los representantes de las instituciones y organizaciones sociales del barrio para informarlos sobre los ejes centrales del programa, acordar la cantidad de talleres o asambleas y fijar el día, hora y lugar de realización. En los talleres de las asambleas los vecinos realizan un relevamiento comunitario de la realidad del barrio. El equipo técnico presente va clasificando las propuestas de acuerdo al área pertinente. De esta manera se va ordenando y ubicando en orden de prioridades cada propuesta. A su vez, de cada asamblea surgen al menos dos vecinos referentes, a los cuales se los mantendrá informado de todos los pasos administrativos que se realicen como así también de las próximas actividades.

Culminado el ciclo de talleres o asambleas (cuya cantidad y formalidad es variable en cada experiencia) las propuestas de los vecinos son evaluadas de acuerdo a criterios de factibilidad por las aéreas técnicas, priorizando las necesidades que se expusieron como más urgentes o importantes. A partir de dicha información, el municipio elabora unilateralmente tres proyectos que tienden a respetar la voluntad de los vecinos. Los mismos son presentados en una nueva asamblea general donde se explican sus características técnicas y se pacta la fecha y lugar de votación. Esta última es realizada en una sola jornada en varios lugares estratégicos del barrio elegido para el PP, donde los vecinos optan por alguno de los tres proyectos presentados por la intendencia y tienen la oportunidad de ser fiscales.

En consecuencia, por PP han sido elegidos cinco proyectos (uno por barrio) que ya han sido ejecutados por el municipio. Al limitarse la experiencia a una escala barrial pequeña y el margen de proyectos a ser elegidos, se han alcanzado óptimos resultados en términos de eficiencia. El hecho de que se realice por jurisdicción vecinal pone a las instituciones vecinales en el centro de la escena, aunque su existencia no es excluyente, como lo ha demostrado la experiencia desarrollada en barrio Loyola. Por último, cabe mencionar que la ordenanza de creación del PP no estipula el porcentaje del presupuesto a ser destinado a dicho programa y, por tanto, también ha sido variable en cada experiencia. En las últimas dos alcanza 1%, lo que equivale a 1.500.000 pesos. Tampoco existe ningún criterio de género ni PP Joven. En lo que respecta a los medios de comunicación señalados como más efectivos por la propia área de participación ciudadana del municipio, podemos mencionar el auto parlante, la volanteada y los medios audiovisuales locales.

Fuente: Democracia Participativa

 

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