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El municipio vuelve a pedir cambios en la política de seguridad en Santo Tomé

El municipio vuelve a pedir cambios en la política de seguridad en Santo Tomé

Los últimos seis meses, de noviembre del año pasado a esta parte, no fueron para nada fáciles en materia de seguridad en la ciudad de Santo Tomé. Después de un final de 2020 en el que hubo situaciones de extrema violencia y delincuencia en barrios como El Chaparral y Las Vegas (en donde recrudeció el choque entre bandas de narcomenudeo), continuos atracos en comercios de las principales avenidas y la inaudita fuga de varios detenidos en la Comisaría de Distrito Nº 12 (Comisaría 12), sobrevino un 2021 más complicado aún, con reiterados intentos de evasión de la referida repartición policial y también de la Subcomisaría 16, lo que demuestra que la superpoblación carcelaria es un tema pendiente de resolución, que hace mella en el ánimo de todos los involucrados, especialmente los vecinos (ver aparte).

Para tratar todas estas problemáticas que tienen que ver con la seguridad de los santotomesinos, Diario El Litoral dialogó con Martín Giménez, secretario de Gobierno de la Municipalidad de Santo Tomé. Así, ante la consulta dirigida a conocer cómo está actualmente la ciudad, después de pasar por situaciones violentas como las ocurridas en El Chaparral y Las Vegas (con el incendio de viviendas, balaceras y el asesinato a tiros de un joven de tan solo 17 años en este último caso), Giménez señaló que, en términos de resonancia mediática, problemas de la envergadura que hubo no se han vuelto a tener.

Eso no quiere decir que los barrios estén pacificados, aclaró enseguida, “o que no exista un delito al narcomenudeo que hace que se compliquen los arrebatos en la zona, así como los problemas interbandas e intergrupos”. No, agregó, “esto no terminó”. Obviamente, dijo Giménez, “ha mermado en su gravedad, pero sigue existiendo”. De hecho, enfatizó después, “lo dicen los vecinos de las inmediaciones, que continúan teniendo problemas importantes a la hora de permanecer en la vía pública, salir a una hora determinada, o tener que cerrar los patios de sus casas”. Giménez, que desde 2019 transita por su segunda etapa al frente del área (ya había estado entre 2013 y 2015 con Fabián Palo Oliver), insistió en que estas situaciones, si bien siguen existiendo en Las Vegas y el Chaparral, también se dan en algunos lugares de las Adelinas. Siempre se trata de hechos puntuales, relacionados al accionar de bandas vinculadas al narcomenudeo.

También dijo que Santo Tomé está teniendo problemas con los arrebatos en la vía pública, las llamadas “entraderas”, mecheras en los comercios, por lo que no escapa a los problemas generalizados de inseguridad. “De todas formas, no podemos acostumbrarnos a que eso sea normal, o a resignar la posibilidad de ir mejorando todos los días nuestra performance en cuanto a contrarrestar el delito, fortaleciendo la prevención y la represión del mismo”, explicó.

“Así, siempre llegamos tarde”

Respecto a la posibilidad de contar con un mapa del delito, Giménez destacó que ya se lo solicitaron al Ministerio de Seguridad. También aclaró que, para hacer un mapa del delito que tenga un grado de seriedad, o que sea lo más fidedigno posible a la realidad, lo tiene que hacer la policía. “Sabemos que hay una cifra en negro, por así decirlo, calculada en un 10 y hasta un 15% más de delitos, porque no todos se denuncian”, describió. Necesitamos el mapa del delito, dijo, “para ver dónde debemos reforzar, hacia donde son las salidas y las entradas de los barrios monitoreados”. Hay que reforzarlos, prosiguió, “para acompañar el trabajo en las llamadas manchas calientes, o zonas donde hay más delitos”. Luego destacó que en el sur de la localidad, en especial en un sector de las Adelinas y en Monseñor Zazpe, están teniendo el problema de las entradas en las casas.

Giménez remarcó que desde la Dirección de Seguridad Ciudadana también están atentos a la información que sobre los delitos sale a la luz por intermedio de los vecinos o de los medios de comunicación. Es algo necesario para poder generar políticas públicas municipales. Llegado el momento, por ejemplo, toda la información circulante respeto a los sectores más comprometidos, podría ser aprovechado por el sistema de monitoreo del municipio, porque es inalámbrico y podrían moverse las cámaras hacia los lugares que más lo necesitan. Además del mapa del delito, Giménez dijo que el municipio necesita que la policía implemente la modalidad de trabajo en cuadrícula y no el de “mancha caliente”. “Lo hemos planteado, no desde la pericia en término de seguridad, sino desde la lógica y la experiencia de años de gestión, por haber participado en gestiones con ministerios de seguridad que trabajaron de una u otra forma”.

La diferencia entre una y otra metodología, expresó el funcionario, reside en que “cuando se habla de trabajar en cuadrícula significa patrullar una porción de territorio, lo que permite hacer prevención y no solo represión del delito”. Se hace un trabajo territorial, yendo a un lugar determinado, a partir de lo que delinea la fuerza de seguridad y “antes de que se cometa el delito”. Por el contrario, siguió explicando Giménez, trabajar en base a las “manchas calientes” significa poner más policías donde hay mayor cantidad de delitos. “Pero así, siempre llegamos tarde, después de cometido el delito”, advirtió. “Esto nos preocupa y lo hemos planteado como gestión, públicamente, en el seno del Consejo Municipal de Seguridad, cuando estuvo Facundo Bustos, funcionario del ministerio de Seguridad de la provincia, así como ante los vecinos y comerciantes”, agregó.

Según el funcionario, cuando se trabajó en cuadrículas, “el vecino notaba una diferencia y estaba mejor, porque había presencia policial y prevención de la delincuencia”. Para finalizar, Giménez recordó, como aspecto positivo, que en las últimas semanas Santo Tomé recibió un número mayor de efectivos de la Policía Comunitaria, lo que posibilitó reponer los caminantes en las avenidas troncales, donde se estaban dando muchos arrebatos.

Un problema latente

Martín Giménez definió al conflicto entre bandas de Las Vegas, los denominados Rojos y Azules, que generó el estallido de la situación en dicho barrio el 8 de diciembre pasado como “un problema latente”. Este problema se contiene, añadió, “pero se trata de condiciones que son estructurales, por lo que tenemos que ver cómo se resuelve el trasfondo de esa pelea entre vecinos que están enfrentados por diversas cuestiones desde hace muchos años y que se han posicionado en banditas, una nueva lógica que se da en algunos barrios de ciudades importantes”. Ese accionar de las bandas, observó, “es el que complica al vecino que todos los días quiere salir a trabajar, a tomar mate en la puerta, o hacer una vida normal”. Por ahora, para afrontar esta situación se ha dispuesto del trabajo en el barrio de fuerzas especiales, la Policía de Acción Táctica (o PAT). En cuanto a Gendarmería Nacional, colabora con el patrullaje, pero no está apostada en la zona.

Superpoblación de la Comisaría 12: una bomba de tiempo

En su diálogo con El Litoral, Martín Giménez se refirió a otro de los problemas puntuales, serios e importantes, que tiene Santo Tomé en materia de seguridad: la superpoblación de la Comisaría 12 (en el Centro Cívico de la ciudad) y de la Subcomisaría 16 (Adelina Centro, en la zona sur). En tal sentido, Giménez volvió a insistir con el mismo concepto que expuso el 5 de marzo pasado, a raíz de la fuga de cinco detenidos ocurrida en la primera de estas dependencias (Alvear al 2500), donde el 11 de diciembre de 2020 ya se habían evadido siete presos (a lo que hay que sumar tentativas de evasión el 2 de febrero y 6 de marzo de este año): “La superpoblación de la Comisaría 12 es una bomba de tiempo”.

Si bien hubo un traslado de detenidos, dijo Giménez, “de igual manera sigue habiendo superpoblación, lo que hace que eso sea una bomba de tiempo”. Y es una bomba de tiempo para los vecinos, dijo, “porque no tienen por qué vivir esa situación”; para el empleado policial, “que no está preparado para contener esa cantidad de detenidos”, así como para el detenido, “que no está en las condiciones edilicias en las que tendría que estar”. Conceptos similares expuso sobre la Subcomisaría 16 (Roverano y Batalla de San Lorenzo), de la que se fugaron cinco detenidos el 4 de agosto de 2020 y hubo un intento de evasión el pasado 5 de febrero.

El secretario de Gobierno municipal aclaró que ya han hecho gestiones ante los distintos estamentos para encontrar una solución, entre ellos al propio Servicio Penitenciario y al Ministerio de Seguridad. “Hasta ahora ningún ministro nos ha recibido”, afirmó Giménez, aunque desde el municipio confían en que este año, con Jorge Lagna (reemplazante de Marcelo Saín), ello pueda concretarse. “Confiamos mucho en el cambio de ministro, porque creemos que Lagna, una persona que viene del municipalismo y fue funcionario municipal, conoce la realidad”, sostuvo el funcionario santotomesino, sin dejar de acotar que lo anterior hace que tengan “mucha confianza” en que el nuevo titular del área de Seguridad “entienda más las problemáticas de las municipalidades”.

Además, acotó Giménez, el ministro y la intendenta Daniela Qüesta se conocen bien, ya que fueron colegas cuando eran diputados provinciales. “Esperamos tener una reunión de trabajo, en la que nos gustaría plantear la aplicación que venimos pidiendo desde hace tiempo de la Mesa Territorial de Seguridad, una normativa que existe a nivel metropolitano, pero que no está aplicada en nuestra ciudad”, prosiguió. Hay cosas por trabajar y estamos predispuestos, agregó el funcionario, “porque la seguridad es un tema de Estado y siempre vamos a dar una mano, independientemente del partido político que gestione a nivel provincial”. “La seguridad va más allá de todo eso, porque al santotomesino no le importa si gobierna uno u otro, vota para poder vivir en paz y más tranquilo”, concluyó.

Fuente: El Litoral

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