Colón transita las semanas finales de la gestión de Víctor Godano con un panorama institucional y económico que exige respuestas inmediatas. A veinte días del cambio de mando, el actual presidente tiene sobre la mesa dos prioridades clave: resolver la inhibición impuesta por la FIFA y regularizar la deuda con el plantel profesional.
Este lunes se espera una nueva actualización del listado de clubes inhibidos a nivel mundial por parte del ente que rige el fútbol, y todo indica que Colón volverá a aparecer entre ellos, debido al reclamo del defensor paraguayo Alberto Espínola, quien demandó al club por una deuda impaga. En la dirigencia se trabaja contrarreloj para conseguir un préstamo en dólares que permita saldar la obligación y así levantar la sanción que hoy impide inscribir jugadores.
Al mismo tiempo, la situación económica interna tampoco da respiro. El plantel rojinegro aún no cobró los meses de agosto, septiembre y octubre, aunque desde el club se cumplieron los pagos correspondientes a los contratos registrados en AFA. La deuda persiste en los derechos de imagen, la parte más importante de los acuerdos con los futbolistas.
La dirigencia sigue negociando fuentes de financiamiento para ponerse al día con el plantel antes del cierre de su mandato. En ese contexto, existen expectativas por ingresos pendientes de otras instituciones: Racing debería abonar en los próximos días una nueva cuota por el pase de Alan Forneris. Platense, en tanto, todavía no canceló la deuda que mantiene por Leonel Picco, otra operación que podría aliviar la tesorería sabalera.
Un calendario institucional cargado
Mientras tanto, el calendario político de Colón avanza con fechas definidas:
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Lunes 10 de noviembre: presentación oficial de las listas electorales.
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Miércoles 20: realización de la asamblea anual ordinaria.
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Sábado 30: elecciones en el club.
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Domingo 1 de diciembre: asunción de las nuevas autoridades.
En ese marco, el desafío para la actual comisión directiva es ordenar los números y dejar un escenario lo más prolijo posible de cara a la transición. La deuda con Espínola y la situación salarial del plantel representan los dos puntos más sensibles de una gestión que busca cerrar su ciclo sin sanciones deportivas ni conflictos internos.
Con el reloj en cuenta regresiva, Godano y su equipo trabajan para cumplir al menos con esos dos compromisos antes de entregar el poder, con el objetivo de que la próxima conducción pueda comenzar su etapa sin restricciones ni herencias que compliquen la planificación deportiva de 2025.