Unión sabe que no le queda otra que ganarle a Tigre para, al menos, forzar un desempate por la permanencia. Otro resultado lo manda la Primera Nacional, por lo que se prepara con la presión lógica, pero también con el plus de jugar ante su gente, que tendrá un papel preponderante apoyando y empujando.

El Matador llegará salvado, pero bajo la atenta mirada también de otros equipos que dependen de este resultado en el 15 de Abril. Condimentos que se suman a esta definición pasional y a la vez dramática, por cómo se vive el fútbol en Santa Fe.

Este receso por Eliminatorias le viene como anillo al dedo al DT Cristian González para intentar poner a punto a los jugadores que están al límite desde lo físico. En el caso de Federico Vera, no tendría problemas de llegar, mientras que se renuevan las tareas diferenciadas para Claudio Corvalán, que viene con el tobillo derecho castigado.

Es más, tuvo que infiltrarse varias veces para entrenar y jugar. Ante la necesidad de no faltar, el capitán hace el esfuerzo necesario sabiendo que todo puede empeorar. Pero es ahora o nunca con el fin de que el Tate se quede en Primera. La idea pasa por cuidarlo nuevamente, evitando las exigencias típicas de las prácticas con Kily.

Movimientos diferenciados y de kinesiología. A diferencia de los anteriores cotejos, con estas dos semanas para prepararse se augura que estará ya a pleno. Pero por las dudas se toman cartas en el asunto por lo importante que es en todo sentido. A Unión no le sobra nada y toma precauciones para contar con todos. Un Corvalán que es clave para el técnico y lo quiere tener sí o sí para la “última bala” contra el Matador

Fuente: UNO Santa Fe