Cuando lo trajo Madelón fue con la intención que pueda aportar ese talento de mitad de cancha para adelante. Las circunstancias fueron otras y entonces esa capacidad conocida que se le vio antes de partir a México, se vio en cuentagotas. Rodrigo Gómez tuvo muchas participaciones en Unión viniendo desde la banca, pero al finalizar su vínculo en el inicio de este 2019 la dirigencia y el cuerpo técnico decidieron no renovarle el vínculo. Con 27 partidos jugados y un gol, el santafesino prefirió continuar en el país pero con la camiseta de San Martín de Tucumán, equipo que no logró hacer pie en la Superliga y descendió a la B Nacional.

Droopy fue en ese corto proceso con el Santo muy querido por los hinchas, con actuaciones importantes e incluso anotando tres goles. Por eso, al momento de armar el equipo que jugará en el ascenso, la dirigencia tucumana pensó en poder estirar el vínculo. Pasaron los días y el jugador no respondía, por lo que su permanencia en el Jardín de las República comenzaba a ponerse en duda. Desde Tucumán sostienen que al tener toda su familia en Santa Fe, con los hijos incluso cursando sus estudios, la idea de Gómez sería no movilizarse y radicarse nuevamente en la capital provincial.

Desde el mismo momento que abandonó Unión, el jugador lo hizo con la intención de poder volver en algún momento para vestir los colores de la institución del cual es socio e hincha. Días pasados las paredes del Ángel Malvicino se vieron pintadas con leyendas alusivas a Droopy, incluso pidiendo su regreso al Tate. En un nuevo proceso que se iniciará el miércoles, al menos en la previa, Gómez no asoma como prioridad para Madelón, aunque cada mercado siempre trae ratificaciones o sorpresas y aún queda mucho camino por recorrer antes de que se moldee el Unión versión 2019/20.

Fuente: UNO Santa Fe