En las últimas semanas, algunas escuelas de Santa Fe fueron escenario de situaciones de violencia que afectaron tanto a estudiantes como a docentes. Episodios de agresiones físicas, amenazas y conflictos pusieron en evidencia una problemática creciente que, lejos de ser un tema aislado, se ha instalado en diversos establecimientos educativos de la región. Estos hechos no solo afectan el clima escolar, sino que también generan un clima de inseguridad tanto para los educadores como para las familias.
Uno de los casos más alarmantes ocurrió en la Escuela 140 de Santo Tomé, donde se registró un caso de acoso. Desde el Ministerio de Educación de Santa Fe, se están implementando medidas para tratar de frenar este tipo de incidentes. Carolina Piedrabuena, referente del Ministerio de Educación, aseguró que “el trabajo de convivencia es fundamental y estamos abordando estas situaciones desde lo pedagógico, pero también desde el cuidado de los docentes y las instituciones”.
Piedrabuena destacó que, además de la violencia física, también se está trabajando en el fortalecimiento de la convivencia en las aulas, porque muchas de las agresiones tienen su origen fuera de las escuelas. “Es necesario recuperar el valor de la escuela como un lugar seguro para todos los niños, niñas y docentes. Cuidar a los educadores es vital para garantizar que puedan continuar con su tarea educativa”, explicó la funcionaria.
El trabajo que se está realizando desde la provincia se enfoca no solo en la contención de los estudiantes involucrados en situaciones de violencia, sino también en brindar apoyo a las familias afectadas. “Hemos trabajado con equipos socio educativos, en coordinación con las familias y las instituciones, para garantizar que los chicos continúen con su educación, incluso si deben acceder a la modalidad domiciliaria o hospitalaria en casos extremos”, agregó Piedrabuena.
Además, las autoridades educativas están implementando un programa de prevención para evitar que estos casos se repitan, con un enfoque integral que abarque la seguridad, la convivencia y el bienestar emocional de los estudiantes. Sin embargo, la violencia escolar no solo es un desafío para las autoridades, sino también para la comunidad en su conjunto, que debe comprometerse en la creación de un ambiente seguro para todos.
Fuente: Aire de Santa Fe