Este lunes, exactamente a las 12.33, con la apertura de la canilla de la cisterna principal que se encuentra situada en el Tanque de Agua Central de Santo Tomé, quedó en funcionamiento el servicio de agua potable provisto por el denominado Acueducto Desvío Arijón. Por medio de éste, la ciudad empezará a recibir un suministro proveniente directamente desde el río Corondá. Tras las presentaciones protocolares de rigor, el gobernador Miguel Lifschitz, la intendenta Daniela Qüesta y el ministro de Infraestructura y Transporte, José Garibay, firmaron el convenio de provisión de agua a través del Sistema Acueducto Norte I Desvío Arijón, Departamentos La Capital y San Jerónimo (tal cual el nombre oficial de este emprendimiento). A través del mismo, Provincia se compromete a suministrar a la Municipalidad de Santo Tomé agua potabilizada, en cantidad y calidad suficiente, para cubrir el servicio de agua potable de la red de distribución que será alimentada desde los tres tanques cisternas construidos a tal fin: la Cisterna Norte (o Principal, en el Tanque de Agua Central), la Cisterna Sur (Vecinal General Paz) y la de Adelina Oeste.
Por su parte, el municipio acepta el suministro de agua potable extraída de río y se compromete a realizar la distribución domiciliaria. Al tomar la palabra, la intendenta Qüesta destacó que este servicio implica “un aporte concreto para mejorar la calidad de vida de los vecinos”. “Agua potable teníamos, pero agua de calidad no… A partir de ahora sí”, resaltó luego, sin dejar de diferenciar los dos procesos de potabilización, el viejo (de perforación y cloración) y este nuevo, con agua de río. También agradeció “profundamente al Gobierno de la provincia”, por “todo el apoyo, la comprensión y la paciencia”. “Creánme, nos han aguantado de una manera increíble, porque somos intensos desde Santo Tomé cuando gestionamos alguna obra”, agregó. Como ejemplo, recordó que en el transcurso de los trabajos por el acueducto se incorporó una tercera cisterna (Adelina Oeste), no contemplada en el proyecto original. “Puedo asegurar que hemos sido escuchados y acompañados, por eso nuestro sincero agradecimiento”, acotó.
Momento histórico
Gracias al esfuerzo y financiamiento de la provincia, prosiguió la intendenta, se pueden lograr mejoras de envergadura que los municipios deben saber aprovechar. “Ello significa llegar con estos logros a la mayor cantidad de vecinos para que cada centavo de inversión, cada peso, cada millón, cada uno de los cientos de millones que invierta la provincia, puedan beneficiar a la mayor cantidad de vecinos posibles”, manifestó, no sin antes destacar a este como “un momento histórico” y catalogar a esta obra, en la cual ya se han invertido unos 850 millones de pesos, como parte de “una política de Estado en serio, de verdad, haciéndose cargo de los problemas, independientemente de quien está en el gobierno”. A su turno, Lifschitz hizo notar que el día, con 36 a 37 grados de calor, era el más apropiado para poner en marcha un servicio de estas características. Asimismo, recordó que las primeras plantas potabilizadoras y primeros sistemas de agua potable en la provincia de Santa Fe surgieron a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, hace más de un siglo, en Rosario y Santa Fe.
Pero, como contrapartida, también remarcó que “en un siglo se avanzó poco, porque muy pocas ciudades se fueron incorporando a esa posibilidad de obtener agua de calidad y en cantidad suficiente, desde nuestra mejor fuente de provisión que es el río Paraná”. “El resto de las 363 localidades de la provincia permanecieron durante casi cien años sin tener un sistema apropiado de provisión de agua potable”, agregó el gobernador, que también se refirió a la importancia de la sanción de la Ley del Agua, que establece que el agua es un derecho y que los gobiernos deben garantizar su acceso por medio de emprendimientos como éstos, que no sólo son muy importantes, sino que -además- reflejan “la forma de sentar las bases de una provincia moderna y desarrollada”.
Fuente: El Litoral.
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