Cerca de las 17 de este lunes terminó la vacunación de los adolescentes de entre 12 y 17 años inscriptos en el registro de vacunación de la provincia de Santa Fe. Se trata de unos 150 mil menores que ya recibieron al menos una de las dosis de la vacuna contra el coronavirus. No obstante, desde el gobierno provincial recordaron que continúa abierta la inscripción para quienes no pudieron registrarse hasta el momento. “Hoy quedaban 2.600 adolescentes por recibir su primera dosis y ya fue cubierta la demanda”, dijo Romina Carrizo, subsecretaria de Equidad del Ministerio de Salud de la provincia, en diálogo con Aire de Santa Fe.

A partir del martes, continuará la vacunación en niños de entre 3 y 11 años. Sin embargo, la funcionaria aclaró que sigue abierto el registro para la vacunación en adolescentes que por diversos motivos no pudieron acceder a la primera dosis. “Al día de hoy en el 0800 no queda ningún reclamo de reprogramación de turnos. Invitamos a aquellos que todavía no se han inscripto, dosis tenemos”, destacó la subsecretaria. Con las últimas primeras dosis suministradas a la población etaria de 12 a 17, son “más de 150.000” los adolescentes vacunados en el territorio provincial, lo que equivale a “casi en un 40%” de esa franja. “Estamos muy contentos por la adherencia”, evaluó Carrizo y aclaró que para avanzar con las segundas dosis, “se priorizará que todas las poblaciones tengan colocada la primera”.
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Fue la semana pasada cuando el Ministerio de Salud confirmó el inicio de la vacunación contra el covid-19 en menores sin comorbilidades de 12 a 17 años con la vacuna Pfizer en 20 localidades. Por las complejidades que demanda el traslado y la distribución de las dosis de ese laboratorio, la cartera diagramó un operativo en etapas, que comenzó en las ciudades cabeceras para luego descentralizarse a las localidades más pequeñas. Los ultrafreezer ubicados en Santa Fe y Rosario son los espacios de recepción de la vacuna, donde las ampollas pueden permanecer hasta seis meses. Para manipular y entregar las dosis se mantienen a una temperatura de -20 grados en los mismos freezers que se usan para almacenar las dosis de Sputnik y Moderna. Cuando la localidad retira o recibe las vacunas, estas se encuentran a una temperatura de 2 a 8 grados, que es la conservadora convencional que se usa para las vacunas calendario, Sinopharm o AstraZeneca. La localidad cuando se lleva esa vacuna, tiene 30 días para aplicarla con la información detallada sobre los plazos a cumplir.

El proceso de disolución se hace al momento de aplicación de la vacuna y a pesar de que la ficha técnica señala que se puede aplicar en un plazo de 24 horas, las indicaciones de la cartera de salud son colocarlas en el momento. Este procedimiento derivó en la creación del área de “disolución” en los vacunatorios más grandes para aliviar la tarea del vacunador. “Se armó un equipo que trabaja en la disolución de los frascos se prevén se van a usar ese día y se entrega al vacunador”, explicó en AIRE la directora provincial de Territorios Saludables, Ana Paula Milo. En el traslado de la vacuna, esta no puede perder la verticalidad, este aspecto obligó a diagramar una nueva logística de traslado que demandó otros insumos. “Con Pfizer este requisito llevó a implementar un nuevo packaging y es un paso más que se suma. Se tienen que entregar a las localidades la vacuna, el diluyente, las jeringas para diluir y las otras para aplicar, más las agujas. Es un kit que demanda otro tipo de control y de logística diferente a las vacunas que se venían trabajando”, sostuvo la directora de Territorios Saludables.

Fuente: Aire de Santa Fe