Sin ningún apuro (más de 100 días sin fútbol con una temporada 2023 que arrancará recién el 27 de enero del año que viene), los dirigentes de Colón siguen enfocando la decisión más importante de los últimos tiempos en la Administración Vignatti que está vinculada a la decisión firme, oficial y definitiva de quién será el responsable técnico-táctico del plantel sabalero. Si bien se encaminó (mucho y bien) lo de Marcelo Saralegui, la decisión no será inminente; todo lo contrario. Incluso, con un presidente que viajará a instalarse jueves y viernes en Capital Federal, varios indican que podría darse una nueva reunión con Ricardo Zielinski: como se recordará el “Vikingo” se alejó de Estudiantes, no tiene club y es una vieja/nueva obsesión del máximo dirigente rojinegro.
En su momento, más allá de las primeras charlas preliminares (recordar que el “Vikingo” se maneja solo y no tiene representante), se dijo que sorprendió la exigencia económica anual de Ricardo Zielinski, por lo que el sueño sabalero de sumar al entrenador se fue enfriando con el correr de los días. Claro que, el mismo paso del tiempo, lo deja “libre” al ex DT de Estudiantes de La Plata, que rechazó ofertas para dirigir y vivir en el exterior. Conclusión: no quiere, por ahora, moverse de Argentina. En ese tironeo de ofertas, demandas y “no arreglo”, todo parece indicar que Colón y Vignatti se ilusionan con tener una charla más (acaso ahora sí definitiva) con Ricardo Zielinski.
Mientras todo esto ocurre, con el plantel profesional de vacaciones hasta finales de noviembre, se lograron filtrar algunos detalles de lo que será la próxima competencia global 2023. Por un lado, Colón se jugó una “fichita” ayer en AFA para solicitar sorteo con las localías en los clásicos, intentando aplicar un “barajar y dar de nuevo”, ya que se modificaron los descensos (serán tres y no cuatro), la forma de descender (será mixta entre promedio y tabla) y las dos plataformas de competencia, ya que se jugará primero el torneo y después la Copa.
Más allá de los argumentos, la respuesta a Colón con el tema clásico fue “negativa”. Y la respuesta llegó sin ninguna duda: “Unión de Santa Fe jugará de local el próximo clásico, no vamos a sortear el de Santa Fe, tampoco el de Rosario y menos el de Boedo con Parque Patricios. Hay que recordar que los dos últimos clásicos, que terminaron empatados, se jugaron en el Cementerio de los Elefantes. Más allá de este “no” al sorteo con el tema derby de la ciudad, Colón apoyó la idea de “invertir” los formatos de competencias para el 2023: o sea, que se juegue primero el torneo largo y grande; cerrando la temporada con las dos zonas de cruces en Liga.
¿Por qué sonríe Colón con jugar el torneo largo el 27 de enero y terminarlo el 5 de agosto con el famoso “todos contra todos”?. A priori, porque los dirigentes especulan lo siguiente: “Colón tendrá que enfocarse en una sola competencia y varios equipos estarán consumiendo su atención entre la Copa Conmebol Libertadores y la Copa Conmebol Sudamericana. Hay que aprovechar ahí para sacar muchos puntos y sumar en todas las tablas: torneo, acumulada y tablas de promedios. Es el momento de recuperar el tiempo y el espacio perdido en el 2022 por las cuestiones que son conocidas”.
Por lo pronto, con un Marcelo Saralegui que descansa y espera en Uruguay, aparece en agenda este viaje enigmático del presidente José Néstor Vignatti a Capital Federal (se instalará allá jueves y viernes), donde todo parece indicar que habrá una nueva reunión con Ricardo Zielinski. Mientras algunos se ilusionan con lo del “Vikingo” al banco sabalero, otros muchos sostienes que será apenas un “corte formal”, tomar un café, darse la mano y dejar en un estado óptimo las relaciones a futuro.
Fuente: El Litoral
