El tradicional programa que conduce Ricardo Adrián Porta y que cuenta con la participación periodística de Eduardo Rodríguez, Nery Pumpido, Edgard Fernández, Braian Borra y Agustín Ricardo Porta tuvo un invitado de lujo: el arquero uruguayo Leonardo Burián, quien llegó a Santa Fe hace muy poco tiempo y en este breve período logró dos clasificaciones en definiciones desde el punto del penal, primero ante Deportivo Morón por Copa Argentina y la semana pasada ante el poderoso San Pablo de Brasil por Copa Sudamericana.

—De entrada nomás la exigencia fue alta, Leonardo.

—Tuvimos una muy buena temporada en Godoy Cruz, sobre todo en la segunda etapa del campeonato. Uno llegaba confiado y con muchas expectativas a este club, sobre todo porque vine con mucho rodaje, pero con la tremenda responsabilidad de tener que reemplazar a un arquero muy bueno como Alexander Domínguez, que había tenido un muy buen torneo. Felizmente, el arranque fue muy bueno.

—Se le ganó a San Pablo y se sigue luchando en varios frentes…

—Cuando tengamos la próxima fecha de Copa Sudamericana ante el Junior, se nos viene una seguidilla muy importante de partidos: Independiente, Boca y enseguida la revancha en nuestra cancha ante el equipo colombiano; por eso Eduardo Domínguez habla mucho y sobre todo a los que no están jugando tanto, porque son tan o más importantes que los que estamos jugando. Por ahí, a los que venimos jugando se nos hace un poco más fácil porque tenés el rodaje del campeonato y eso te ayuda mucho, pero ellos son muy importantes en esta etapa.

—¿Te pasó alguna vez de estudiar a los ejecutantes en una definición por penales y que te cambien el remate, como sucedió ante San Pablo?

—No, es la primera vez que me pasa algo así. De todas maneras creo que la jerarquía que tiene el jugador brasileño es diferente a cualquiera, son muy especiales, técnicamente son muy buenos, de lo mejor de América y del mundo también. Yo me había estudiado a todos y todos me cambiaron los remates. Había visto los videos, pero salió todo distinto.

—Para el entrenador Diego Aguirre el penal que le tapaste a Bruno Alves fue bien ejecutado…

—Coincido, pero fue algo instintivo, veo que la pelota viene para el medio pero ya estaba jugado, por eso levanto el pie para ver si la podía enganchar y justo me pega de lleno en el empeine.

—Ya tuviste doble competencia con Godoy Cruz. ¿Creés que se puede sentir esto?

—Sí, jugamos Superliga y también Copa Argentina. Pasa que entre lesiones, viajes y alguna que otra expulsión, al final lo terminás sintiendo. Creo que no todos los equipos están para afrontar algo así -una triple competencia-, pero lo ideal es tratar de entrenar poco, ya que se juega mucho. En América no estamos muy acostumbrados a esto, aunque ahora en estos últimos tiempos se está viendo un poco más. En el fútbol europeo los viajes no son tan largos, acá sí, y eso se siente. Nos pasó a la vuelta del primer partido en San Pablo: salimos a las 2 de la tarde de allá y terminamos llegando a las 4 de la mañana del día siguiente a Santa Fe.

—En poco tiempo hiciste olvidar a Domínguez…

—La repercusión que hemos tenido y lo que hemos generado en muy poco tiempo ha sido muy grande y la gente te lo hace saber en la calle. Es algo histórico y me pone muy contento poder formar parte de un pedacito de un club tan grande como lo es Colón. Por ahí, no tenemos un plantel como tiene Boca, que tiene 30 ó 40 jugadores, por eso tenemos que estar todos bien, porque hay partidos en donde seguramente los que no están jugando lo van a tener que hacer; sin ir más lejos, con lo que le pasó a Matías Fritzler que ahora tendrá que ser reemplazado. Esto es muy importante: el recambio para poder afrontar todo lo que se viene.

—¿Cómo fue tu llegada a Santa Fe?

—Hace un año que estoy en Argentina, sabía que Colón era un club grande, que tenía que jugar un torneo internacional; tuve un problemita en Godoy Cruz y eso me imposibilitó seguir, por eso hablé con Javier Correa, al que conocía de Mendoza, y él me dijo lo que era el club y la ciudad, lo que me terminó convenciendo para venir.

—En poco tiempo se juega el clásico, que en nuestra ciudad se vive de una forma muy particular…

—La gente te hace saber lo que significa el clásico. Lo primero que te dicen es “hay que ganar en la cuarta fecha”; por eso vamos partido a partido, pero cuando llegue el momento lo vamos a querer ganar.

—Cambió mucho el rendimiento del jueves contra San Pablo a lo que fue el domingo ante Tigre. ¿Se relajaron?

—Quizás inconscientemente sí, después de un partido de tanta tensión te puede pasar algo así. Para colmo, cuando estábamos festejando el empate llega el segundo gol de ellos. No le hablé a Ortiz y después me freno para no cometerle penal.

—Te vemos atajar con una forma particular que es la de asegurar la pelota dos veces. ¿Es una particularidad tuya?

—No, depende de la situación. Pasa que estas pelotas nuevas se mueven mucho en el aire, y por ahí si no tenés a nadie cerca es más simple amortiguarla y dejarla caer para agarrarla.

—¿Lo tenés visto al Junior?

—Un poco sí, no mucho, pero algo ya lo espiamos. Yo jugué en Colombia hace dos años en Deportes Tolima, jugamos un partido ante Junior por la Copa y quedamos eliminados por penales.

—¿Con qué torneo te ilusionás?

—Ilusionarme… con los tres torneos, vamos a tratar de darle pelea a todo. La Copa es un mano a mano donde puede pasar cualquier cosa; aparte, luego de haber dejado afuera a un equipo como San Pablo te ilusionás con mucha razón. Ahora vamos a tratar de ir a Colombia para hacer un buen papel y traernos un buen resultado. Mientras tengamos posibilidades vamos a pelear por todo. La Superliga es muy importante y el tiempo irá diciendo. También la Copa Argentina es importante, porque te da una clasificación a la Libertadores y un oxígeno económico al club.

Fuente: El Litoral.